Guatemala — Los integrantes de una caravana de migrantes de unas 3.000 personas se congregaron el jueves en una localidad fronteriza guatemalteca, separada de México por el enlodado río Suchiate, mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con represalias si continúan avanzando hacia su frontera.
Los primeros miembros del grupo comenzaron a llegar a Tecun Uman en buses en la madrugada del jueves, pero el grueso de la caravana entró en la localidad a pie y bajo un aguacero a última hora de la tarde y por la noche. Cientos caminaron hasta la orilla del río, donde cantaron los himnos nacionales de Honduras y Guatemala.
Un pequeño grupo avanzó hacia el paso fronterizo pero fue bloqueado por la policía guatemalteca. Finalmente retrocedieron para esperar al resto de la caravana.
Los exhaustos viajeros, en su mayoría hondureños, se dispersaron en el refugio para migrantes y en los parques donde voluntarios repartían comida.
Jonathan Perales, de 22 años, llegó con su esposa Heidy y sus hijas de 2 y 4 años. Llevaban viajando desde las 04:00 de la madrugada y alcanzaron la frontera después del anochecer luego de pagar unos boletos de autobús que apenas se podían permitir.
“Fue un gran sacrificio, pero es todo por una vida mejor”, señaló Perales. “No es todo bueno. Estamos mojados y aún no tenemos donde dormir”.
En el lado mexicano, la secretaría de Relaciones Exteriores dijo que el gobierno estaba en constante comunicación con miembros de la caravana explicando las opciones que tenían los migrantes. Las autoridades estaban atendiendo ya a algunos que entraron al país y solicitaron el estatus de refugiado, agregó.
Trump dejó claro a México que está monitoreando su respuesta. A primera hora de jueves amenazó con cerrar la frontera entre los dos países si México dejaba que los migrantes avanzasen. Más tarde, retuiteó un video de la policía federal mexicana llegando a la frontera con Guatemala y escribió: ”¡Gracias México, estamos deseando trabajar con ustedes!”.
Desde Tecun Uman podían verse dos autocares de la policía en el lado mexicano del puente. Había barreras de metal apiladas a un lado, sin instalar.
Edgar Corzo, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, mostró su preocupación por el operativo policial en Ciudad Hidalgo.
“Esperemos que los elementos de migración y policía federal tengan un entendimiento humanitario”, señaló Corzo, señalando que estaban “preocupados de que (la situación) pudiera salirse de los márgenes racionales”.
La frontera sur de México es notablemente porosa y no estuvo claro cuántos migrantes intentarían ingresar al país de forma legal a través del puente.
Algunos cruzaron el río el jueves por un punto donde se podían vadear las aguas poco profundas, explicó Corzo. Otros podrían optar por las balsas que trasladan a gente _ e históricamente a migrantes _ de un lado al otro del río a diario.
“La forma de cruzar es lo que estamos ahora en la zozobra”, reconoció.
Las tensiones aumentaron el jueves cuando un activista migratorio que encabezó una caravana que cruzó México la pasada temporada fue detenido por agentes de inmigración y de la policía federal en Ciudad Hidalgo.
Irineo Mujica fue arrestado durante una marcha pacífica, explicó su organización, Pueblo sin Fronteras. En un video que circulaba por las redes sociales podía verse a varios policías y agentes de inmigración empujando a Mujica a una camioneta de la agencia migratoria en medio de una multitud. El activista parecía resistirse.
Según Corzo, la policía acusó a Mujica de rajar los neumáticos de un vehículo de inmigración. Funcionarios de esta agencia dijeron más tarde en un comunicado que Mujica, que tiene doble nacionalidad mexicana y estadounidense, está acusado de daños a la propiedad. De acuerdo con su relato, el activista atacó a agentes de inmigración, además a policías locales y federales, luego de que se le pidió la identificación.
México dijo que los hondureños no podrán ingresar al país como grupo y cada uno deberá mostrar su pasaporte y visa _ algo que muy pocos tienen _ o solicitar el estatus de refugiado individualmente, un proceso que podría suponer esperas de hasta 90 días para su aprobación. Los migrantes que sean detenidos sin papeles serán deportados, agregó.
El jueves en la noche, un hombre de Pueblo Sin Fronteras que no se identificó, dijo a migrantes en Tecun Uman que intentarían cruzar en masa el sábado por la mañana.
En abril, las autoridades migratorias mexicanas tuvieron cierto éxito a la hora de dispersar a una caravana más pequeña procesando a muchos que decidieron solicitar protección como refugiados, pero otros decidieron continuar su camino hacia Estados Unidos, donde fueron procesados durante varios días.
A tres semanas de las elecciones de mitad de legislatura, Trump se apropió de la caravana como argumento político para los republicanos.
“¡Debo, en los términos más fuertes, pedir a México que detenga esta embestida, y si no puede hacerlo llamaré al ejército de Estados Unidos y CERRARÉ NUESTRA FRONTERA SUR!”, afirmó el dirigente en un tuit publicado a primera hora del jueves. En el mensaje culpó también a los demócratas por lo que calificó de “leyes débiles”.
Marcelo Ebrard, que fungirá como canciller mexicano cuando el presidente electo Andrés Manuel López Obrador asuma el cargo el 1 de diciembre, apuntó que los tuits de Trump deben entenderse en el contexto de los comicios de principios de noviembre.
El actual titular de la secretaría de Relaciones Exteriores mexicana, Luis Videgaray, se mostró optimista y evaluó la situación a través de la lente de la política estadounidense.
“No hay que darles mayor trascendencia o importancia”, dijo Videgaray desde la sede de Naciones Unidas, donde pidió ayuda para procesar las peticiones de asilo de los migrantes. “Lo que nos importa son los migrantes, el respeto por los derechos humanos, por su protección, especialmente de los más vulnerables”.
Como Guatemala y Honduras, México es un país de emigrantes, lo que plantea la duda de si existe voluntad política para una confrontación.
López Obrador quiere evitar la represión contra los migrantes y, al mismo tiempo, enojar a Washington. Esta semana dijo que México ofrecería empleos a centroamericanos.