Hoy 
A mediados de la década de los 70, los mapas antiguos de Johnny Pacheco se fueron dejando ver. Algunos clientes de Central de Créditos se interesaban por esos cuadros, me pedían detalles, les explicaba de lo que se trataba, y se convertían en aliados conseguidores de mapas.
Muchos me decían que tenían uno o dos mapitas, y que me los iban a regalar. Y cuando viajaban fuera del país, me traían además algún mapa que habían conseguido y que sabían sería de mi agrado.
Así también lo hicieron mis buenos y queridos, así como respetados amigos y clientes, el arquitecto don José Antonio Caro, y mi papá, el Dr. Heriberto Pieter, y algunos otros más. Igualmente, alguien a quien siempre he querido, respetado y admirado mucho, por muchísimas razones, Clara Tejera de Reid, y su hermana Georgia Tejera de Ossaye.
Y reputadas personalidades del mundo cultural dominicano fueron conociendo de la existencia de los mapas, y empezaron a escribir en la prensa sobre la incipiente colección.
Tal fue el caso de la eminente historiadora doña María Ugarte, quien publicó una primera extensa reseña en el periódico El Caribe en abril del 1977, ampliamente ilustrada con muchos de los mapas.
Cada cierto tiempo, doña María se nos acercaba para conocer las últimas adquisiciones, y publicar sus acuciosos artículos críticos sobre la misma.
Otros muchos publicaron en distintos momentos artículos sobre la Colección, destacándose el Lic. Manuel A. García Arévalo, el Arq. Manuel E. Delmonte Urraca, destacados periodistas como Lourdes Bonnelly, Laura Espaillat, José Miguel Veras, Sergio G. López Carvajal, Taty Asencio, entre muchos otros, así como el eminente crítico y destacado pianista Manuel Rueda, director del suplemento Isla Abierta del periódico Hoy.
Y mi buen amigo desde la juventud, Bernardo Vega, conoció la aún incipiente Colección, y de ahí en adelante, de vez en cuando, me llamaba para preguntarme tal o cual dato de algún mapa específico, o saber si yo tenía algún mapa que tuviera relación con tal aspecto histórico que él estuviera estudiando Y lo mismo me honraba grandemente haciéndolo el licenciado Don Emilio Rodríguez Demorizi, así como muchos otros distinguidos intelectuales.
Y un día, estando en el Palacio Nacional, en una reunión de la Comisión Nacional de Desarrollo, un buen amigo desde nuestras infancias, Tavito Amiama, –el Dr. Octavio Amiama Castro–, en algún momento me pasa una nota donde me dice que yo debería formalizar eso de los mapas para evitar que alguien se antoje de ellos Y no había que adivinar mucho para saber que se estaba refiriendo al Presidente Balaguer.
Pues manos a la obra. Creo que fue Tavito mismo quien me mencionó como una excelente opción para realizar ese trabajo al Lic. Pedro Julio Santiago, destacado historiador, y sobre todo bella persona. Un alma prístina, un enamorado de su trabajo, quien se encargaría de la catalogación de los mapas, de preparar un fichero como los de los museos. Me sentí muy importante, pensando que ya esos mapas míos habían pasado de la etapa de los pantalones cortos a ponerse los pantalones largos
Pedro Julio resultó ser un aliado extraordinario, y sobre todo un amigo muy querido. Invirtió horas y horas y horas en Central de Créditos trabajando silenciosamente cual eficiente hormiga, cual laboriosa abeja, dándole forma el catálogo de mis mapas antiguos
En el 1978, la Universidad Católica Madre y Maestra, en su Revista Eme-Eme Estudios Dominicanos, tuvo la primicia de publicar el recién estrenado Catálogo de Mapas Dominicanos y de la Isla de Santo Domingo existentes en la Central de Créditos, C. por A.
Poco después, el Presidente Balaguer dictaba un decreto requiriendo que todos los bienes culturales de la nación fueran catalogados, y entregadas sus fichas al Centro de Inventario de los Bienes Culturales pudiendo sus dueños, sin embargo, mantener la propiedad de los mismos
Para mi satisfacción, Central de Créditos fue la primera quizás la única persona o empresa o museo privado o institución oficial que acatara lo ordenado por la disposición presidencial
Ya para entonces, la Sociedad Dominicana de Bibliófilos empezó a utilizar nuestros mapas para ilustrar sus tarjetas de Navidad, cosa que también venía haciendo la Central de Créditos.
En el 1985, al programarse la visita que haría al país el Secretario General de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, se me solicitó que preparara una exposición de los mapas en el Museo de las Casas Reales, a lo cual accedí muy honrado, y que formaría parte de las actividades que desarrollaría el Secretario General durante su visita.
Y fui gratamente sorprendido con la aparición de los suplementos del Listín Diario y del periódico Hoy, ambos en el mismo fin de semana de la inauguración, dedicados a nivel de portadas y páginas centrales, a la exposición abierta en Casas Reales, con muchas de las ilustraciones de los principales mapas.
Otro buen día, una persona muy querida, mi parienta y cliente doña Gracita de Thomén, –Altagracia Arredondo de Thomén–, viuda del Dr. Luis F. Thomén, de común acuerdo con su hija María Consuelo, me hace entrega de la importante colección de mapas que había reunido su esposo durante su estancia en Londres como Embajador de la República.
Esa colección incluía no tan sólo mapas originales, sino además las copias fotostáticas de todo el fondo de mapas antiguos de la Hispaniola que se encontraba en el British Museum, y que en aquella época el Dr. Thomén logró obtener gracias a la posición que ocupaba.
El Lic. Santiago, por cierto, pudo sacar muy buen provecho a estas copias, preparando su importante trabajo Mapas y Planos de Santo Domingo en el British Museum (1974), el cual fue publicado en el boletín del Museo de las Casas Reales.
Muchos otros trabajos de gran relevancia fueron igualmente publicados por el Lic. Santiago, tomando como base la Colección Central de Créditos, tales como Mapas y Planos de Santo Domingo (1974), La Isla de Santo Domingo, Mapas y Planos (1976), Estudios sobre comercio marítimo, naufragios y rescates submarinos en la República Dominicana (1978), Cartografía Histórica Dominicana (1979) y Urbanismo y cartografía de la ciudad colonial (1982).
