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Una escuela de Francia. Imagen de ilustración. © Thomas Samson/AFP
En Francia, una escolar de la región del Mosela, en el noreste del país, fue detenida por gendarmes en su colegio la semana pasada y deportada. La alumna, nacida en Burkina Faso, fue deportada a Bélgica con su madre y su hermano menor. El personal docente está conmocionado por esta práctica, ya que la policía tiene prohibido intervenir en el recinto escolar para expulsar a un alumno.
Eran las 9 de la mañana cuando la dirección de este centro de secundaria cercano a Metz, en Mosela, fue informada por los gendarmes de su llegada. Una alumna de tercer curso fue aislada del resto de su clase a la hora del recreo y llevada discretamente por la policía. Ella, su madre y su hermano menor, solicitantes de asilo de Burkina Faso, fueron escoltados de vuelta a la frontera belga.
Armelle Gardien, de la Red Educación sin Fronteras se dice preocupada por esta intervención policial dentro de la escuela: “En 2005, [el entonces presidente] Nicolas Sarkozy ordenó que no se interviniera en las escuelas ni en sus alrededores. Y Manuel Valls, entonces ministro del Interior en 2013, repitió la misma recomendación. Se trata de un retroceso absolutamente preocupante, que demuestra que el Gobierno se sienta sobre una serie de medidas que fueron tomadas por las mismas personas”, asegura.
Varios sindicatos y asociaciones convocan una manifestación ante la prefectura del Mosela, en Metz, el jueves 30 de enero de 2025, para reiterar la prohibición de la intervención policial en las escuelas durante los procedimientos de expulsión.
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