Sus casas fueron siempre pocas y ha sido tan estrecha que desde sus orígenes le llamaron callejón, pero albergó en apenas cuatro cuadras a connotados historiadores, políticos, médicos, abogados, escritores, periodistas, educadores, religiosas, economistas, líderes católicos, músicos. En ella también vivieron dos involucrados en conjuras contra Ramón Cáceres y Rafael Leónidas Trujillo.
Se trata de la calle Salomé Ureña que tuvo espacio, además, para acoger la farmacia “Franklyn”, la “Casa García”, de tejidos, a “Máximo Gómez P.”, distribuidora de perfumes, jabones, medicinas; el colmado del español Bernardo Vásquez y la litografía “La Dominicana”, de Ángel Quaranta, abierta en 1912.
Fue morador de esta apacible y hermosa vía de farolitos en las puertas y enredaderas y trinitarias en sus seculares balcones, Félix Servio Ducoudray, reconocido antitrujillista, escritor, defensor del ecosistema y militante histórico del Partido Socialista Popular (PSP).
También los historiadores Vetilio Alfau Durán, su esposa Nona Del Valle y sus hijos Vetilio, Manuel y Salvador, así como Rufino Martínez, autor del muy consultado Diccionario biográfico-histórico, y Ramón Alberto Ferreras (Chino), residente en una vivienda pequeña propiedad de los descendientes de Buenaventura Báez a la que llamaban “la casita de los Báez”.
En la residencia de los Báez, tan amplia que hoy es un hotel, el “Palacio”, vivieron María Natalia y Julio Ernesto de la Rocha Báez, hijos del primer matrimonio de Munny Báez, hija del expresidente Ramón Báez. Munny casó por segunda vez con el abogado Andrés Vicioso, juez de la Corte de Apelación, también habitante de la Salomé Ureña.
Julio fue muchos años director de Impuesto sobre la Renta y presidente de la Sociedad Fervorosos de La Altagracia. Vivió allí el doctor Ramón Báez (Moncho), tío de estos, y en la planta baja su hermano Osvaldo (Finfo), que fue subsecretario de Educación.
Eran de esa calle el oftalmólogo Fernando Noboa Recio, la educadora Zoraida Heredia viuda Suncar, el agrimensor Felito Castillo y los hijos del poeta Valentín Giró: Valentín, Selena y Justo que compartían el hogar con su madre Minerva Alcántara.
Vivió allí muchos años Eduardo Read Barreras, abogado, que fue miembro del Consejo de Estado. En la que fue su casa funciona hoy el establecimiento conocido como “Ocho puertas”.
Además fueron vecinos de esa tranquila calle colonial Hipólito (Don Polito) Billini, hijo del expresidente Francisco Gregorio Billini; Bienvenido Gimbernard, su hijo Jacinto y su esposa, y Gracielita Prats, consorte de Jacinto en esa época.
En la planta alta de la casa donde vivía don Polito residía su hija Evangelina.
El abogado Juan Arce Medina era propietario de cuatro apartamentos y en uno tenía su bufete.
Estas familias eran tan apreciadas como la Pérez Morales, que tenía entre sus integrantes a José Pérez, a quien se atribuye haber participado en la muerte de Ramón Cáceres. Junto a él ocupaban la residencia Lastenia, Arminda, América y Magdalena Pérez Morales. Esta última fue monja.
Paradójicamente, junto a ellos vivió el doctor Hostos Guaroa Félix Pepín, sobrino de Ercilia Pepín, quien en 1934 tomó parte en un complot contra Trujillo. Estaba casado con una sobrina de esa familia y estando él preso la dama se trasladó allí con su hijo Mayobanex. En sus momentos de libertad, según informes, Hostos se unía a los suyos en esa calle.
Vivió allí el abogado, economista y político Luis Julián Pérez, ex gobernador del Banco Central, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y fundador del Movimiento de Salvación Nacional, al igual que Altagracia Berliza.
En la Salomé Ureña con 19 de Marzo, frente a donde estuvo el vespertino Ultima Hora, tenía su bufete el también abogado, político y escritor Manuel Arturo Peña Batlle. Ahora hay una compañía de bienes raíces que por la razón social parece ser continuidad del tradicional negocio.
Vetilio Alfau Del Valle, que pasó su infancia en esa calle, recuerda al abogado José Manuel Coplin, a los Hernández, Noriega y Elmúdesi, estos últimos primos del conocido psiquiatra Antonio Zaglul Elmúdesi.
La que fue vivienda de los Alfau no solo es histórica porque los acogió sino porque después la adquirió doña Manuela Aristy, madre del combatiente Amaury Germán Aristy, quien en sus tiempos fuera de la clandestinidad la frecuentó, y hermana del constitucionalista Héctor Aristy. En los 12 años de Balaguer la casa y sus visitantes eran vigilados y fue varias veces allanada. Amaury, miembro del grupo “Los Palmeros”, murió en un enfrentamiento desigual con fuerzas militares y policiales balagueristas en la autopista Las América.
Otros antiguos vecinos de la calle Salomé Ureña fueron Joaquín Del Valle y su esposa Cristina Gómez y tuvo su consultorio el reputado médico Maney Rodríguez, uno de los primeros neumólogos dominicanos, famoso porque curaba el asma, el “pecho apretao” y enfermedades pulmonares.