Una de las estrategias más difíciles de concertar para los gobiernos de países emergentes es aquella que pretende proteger al producto nacional, mientras el mercado resulta invadido por mercaderías extranjeras, incentivadas por las ventajas de la globalización, la apertura de los mercados y el libre intercambio de bienes y servicios.
La imposibilidad de aplicar medidas directas que restrinjan la entrada de productos extranjeros, praxis que sanciona la OMC, ha abierto las puertas a la invasión de grandes cantidades de productos similares a los manufacturados aquí, muchos de los cuales son de igual, menor y peor calidad que los criollos, pero subsidiados por los gobiernos de sus respectivas naciones.
Por eso resulta atinada la propuesta de la empresaria Circe Almánzar, directora ejecutiva de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) y del empresario lácteo Ángel Rondón, para que las autoridades promuevan el consumo de productos de fabricación nacional.
Rondón, presidente de Hacienda Los Ángeles, ha expresado su preocupación por esa competencia cuasi desleal entre productos foráneos y nativos, que tiende a lesionar tanto a productores como industriales, grandes, medianos y pequeños.
Sugieren que a través del Ministerio de Agricultura se inicie un programa que incentive a la población a consumir los productos nacionales, especialmente los derivados de la leche, rubro que enfrenta la mayor competencia extranjera.
Entienden que ese desequilibrio se ha constituido en una barrera poderosa que frena el crecimiento del mercado interno. Confían que el Presidente Danilo Medina, quien está empeñado en el desarrollo económico sostenido e integral del país, asumirá tal iniciativa junto al sector privado.
Obviamente, productores e industriales deben ser capaces de garantizar la alta calidad y el precio justo de los bienes y servicios ofertados al publico, que se educa continuamente y aprende accediendo al internet.