Una vida de compromiso con la fe y solidaridad con el prójimo

Una vida de compromiso con la fe y solidaridad con el prójimo

El obispo Telésforo Isaac, reconocido pastor de la Iglesia Episcopal Anglicana en la República Dominicana, ha dejado una huella imborrable en su extensa carrera ministerial.

Desde sus inicios en San Pedro de Macorís, donde nació y creció, hasta su labor en distintas comunidades a lo largo del país, él ha sido un firme defensor de la fe cristiana y un líder comprometido con el servicio a Dios y a su prójimo.

Su trayectoria pastoral está marcada por una profunda dedicación a la educación y al fortalecimiento espiritual de las comunidades a las que ha servido.

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Pilares de desarrollo

Fundador de varias instituciones educativas en distintas localidades dominicanas, el obispo Isaac comprende la importancia de la formación integral de las personas, tanto en el ámbito académico como en el espiritual: «La educación es primordial en la cultura, en la preparación de los miembros para que sean personas útiles y preparadas para vivir, amar a Dios, servir al pueblo.»

Esas instituciones se convirtieron en pilares fundamentales para el desarrollo académico y espiritual de las comunidades a las que sirvió. Entre ellas, el Colegio San Gabriel en Consuelo, San Pedro de Macorís; el Colegio San Andrés en el Distrito Nacional; el Colegio San Marcos en Haina, San Cristóbal; el Colegio Jesús Nazareno en San Francisco de Macorís, provincia Duarte; un campamento en Jarabacoa; y un centro de la Sociedad Dominicana de Rehabilitación en San Esteban, San Pedro de Macorís.

Estas iniciativas reflejan el compromiso del obispo Isaac con la formación integral de las personas y su deseo de impactar positivamente en las comunidades donde laboró como sacerdote.

Solidaridad con los haitianos

En el remoto horizonte de los años 40, el joven Telésforo Isaac se encontraba inmerso en el bullicio de la oficina del ingenio Porvenir. Su tarea como registrador de braceros haitianos para las faenas de la caña de azúcar le sumergió en un mundo donde la injusticia y el desprecio eran moneda corriente.

Entre el polvo y el sudor, Telésforo fue testigo del trato inhumano que se dispensaba a estos hombres y mujeres que, lejos de su hogar, sólo encontraban indignidad y precariedad. Fotografiando rostros marcados por la fatiga y la resignación, asistiendo a quienes caían enfermos o sufrían accidentes, su corazón se estremecía ante la injusticia flagrante.

Pero no se detuvo en la mera observación. Con el correr de los años, su sensibilidad se transformó en acción. En su ministerio pastoral cristiano encontró el vehículo perfecto para aliviar el sufrimiento de aquellos hermanos haitianos que habían sido olvidados por la sociedad. Desde los púlpitos y las calles, levantó la voz en defensa de los más vulnerables, desafiando la indiferencia y la opresión.

Con el tiempo, el panorama cambió. Los descendientes de aquellos braceros forjaron un nuevo destino en la isla, tejiendo sus vidas con las de sus vecinos dominicanos en un tapiz de diversidad y resiliencia. Hecho obispo, contemplaba con gratitud el fruto de su labor sabiendo que cada vida transformada era un testimonio de esperanza y redención.

En su memoria perdura el eco de aquellos días cuando el dolor y la injusticia eran su compañía constante. Pero también brilla la luz de la solidaridad y el amor que guiaron su camino y le recordaron que, incluso en medio de la oscuridad, siempre hay espacio para la compasión y la justicia.

Vida personal

Casó con Juana María Rosa (Juanita) en 1961, con quien procreó tres hijos. Ella falleció el pasado 30 de marzo.

Promotor del Ecumenismo

Además de su labor educativa, el obispo Isaac es un activo promotor del ecumenismo y la unidad entre las distintas denominaciones cristianas.

Consciente de las diferencias doctrinales y teológicas, aboga por un acercamiento fraternal entre los seguidores de Cristo y enfatiza la importancia de la fe en Jesús como el fundamento de la salvación: «Creo en la unidad, aunque reconozco la diversidad. Dondequiera que estamos, o adonde vamos tratamos de balancear y de amar, a pesar de que unos son biblicistas y otros marianistas.»

El futuro de la iglesia Episcopal

El obispo Isaac anticipa un horizonte de expansión y fortalecimiento para la Iglesia Episcopal.

Habla de una membresía en constante aumento y una presencia cada vez más relevante en la región que posiciona a la Iglesia Episcopal como una comunidad cristiana comprometida con el mensaje de amor y reconciliación que proclama el Evangelio: «Vislumbro un camino de crecimiento y consolidación en la América Latina y El Caribe”.

Un legado de servicio y compromiso

El obispo ha dejado un legado de servicio, humildad y compromiso con la fe. Su ejemplo inspira a nuevas generaciones de líderes a llevar el mensaje de esperanza y redención a un mundo necesitado de la luz de Cristo.

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