La Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, ha tenido aciertos y desaciertos en el desempeño de sus funciones judiciales como representante de la sociedad en la persecución del delito. Disfruta de una notable popularidad, que cabalga sobre una prensa indulgente, y debido a su presencia en las redes sociales, pues se trata de una ministerial tecnológica con tiempo suficiente para chatear y twitear.

Ella lleva adelante una investigación por supuestos actos de corrupción contra el ex ministro de Obras, Víctor Díaz Rúa, quien en su defensa pidió la declaratoria de nulidad del proceso investigativo. Durante la audiencia para conocer dicha solicitud en el Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, presidida por la jueza Margarita Cristo Cristo, Berenice abandonó su rol, se retiró violentamente de la sala profiriendo imputaciones graves contra la jueza, a quien previamente recusó por alegada parcialidad. La sociedad reclama respuestas de la Fiscal del Distrito.

¿Quién es el funcionario que, según ella dijo, se sentó en su despacho y la amenazó con destituirla de la Fiscalía sino obtemperaba la petición de Díaz Rúa?

¿En cuál oficina de abogados se redactó previamente la sentencia absolutoria de Díaz Rúa, la cual pronunciaría en complicidad la jueza Cristo Cristo?

¿Acaso necesita la Fiscal un juez tan prejuiciado como ella? pues en la especie es el segundo magistrado que recusa.

Al revelar supuestas corruptelas, Berenice ha colocado contra la pared a Cristo Cristo, quien se inhibió y, para salvar su reputación, sometió a la fiscal por injuria ante el Procurador de la Corte. En el ínterin, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, ha dicho que no tiene denuncia ni querella formal de Berenice contra Cristo Cristo.

Esas preguntas esperan respuestas. El espectáculo debe terminar en aras de la justicia.