Universidad, calidad, docencia y dificultades

Universidad, calidad, docencia y dificultades

Jesus de la Rosa.

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Desde las últimas décadas del siglo pasado vienen teniendo lugar aquí y en los demás países de la América Española y el Caribe tentativas de reforma de los sistemas de instituciones públicas de educación superior con el fin de que todos los individuos disfruten de las mismas oportunidades de acceso a un régimen de calidad.

Se pretendió y todavía se pretende que la educación se transforme en una herramienta de promoción de cada ciudadano con vistas a ampliar las posibilidades de organizar una sociedad más justa y más solidaria. Ha ido creciendo el consenso de que a través de la educación las personas pueden adquirir los conocimientos y las destrezas necesarias para prosperar en un mundo globalizado y de mercados abiertos.

Las estadísticas oficiales indican que cerca de la mitad de la población dominicana vive en condiciones de pobreza y que una alta proporción de los que así viven lo hacen en medio de carencias extremas.

Aquí, más que darse una clara asociación entre la pobreza y la educación, ocurre el hecho de que son los pobres los únicos con bajos niveles de instrucción, con altas tasas de abandono de estudios y altas tasas de analfabetismo.

La deficiente calidad y el inadecuado acceso a la educación de una gran proporción de nuestros conciudadanos están limitando las posibilidades de progreso del país hacia un desarrollo sostenido.

Mientras que en varios países latinoamericanos se han estado poniendo en práctica de manera entusiasta y esperanzadora planes de reformas de sus sistemas de instrucción pública, aquí, esos mismos intentos muchos los dan como fracasados.

Nuestros campos se despueblan y los campesinos abandonan sus huertos para trasladarse a los barrios carenciales de las ciudades más importantes.

La marginalidad, el desempleo y el deterioro de las condiciones de vida campean por doquier.

El ritmo de crecimiento de nuestra población es de alrededor de un 2,6% anual, y en opinión de los expertos en cuestiones demográficas, al finalizar la segunda década de este siglo, la República Dominicana tenía más de 10 millones de habitantes.

La reforma socioeconómica, la industrialización, la incorporación de la mujer en forma activa a la vida pública están haciendo variar con cierta rapidez las posibilidades de las gentes de manera que no pueden dejarse de lado a la hora de decidir el rumbo que habrá de tomar la reforma de nuestro sistema de instrucción pública.

A decir de expertos en la materia, el debate actual sobre la educación superior se centra en la contribución que esta puede hacer a la modernidad, plasmada en un proyecto de sociedad comprometida con el desarrollo humano sustentable.

La modernidad para muchos de nosotros estriba en construir un modelo endógeno de desarrollo sustentable, que no excluya la apertura de la economía y la búsqueda de una inserción favorable en el actual contexto internacional.

¿Cuáles son los temas de mayor importancia en el debate internacional sobre la educación superior?

Los siguientes: la educación superior y sus objetivos en el siglo 21, la integración entre docencia e investigación, la diversificación de los sistemas de educación superior y su vinculación con el sector productivo, el papel de la educación permanente en la educación superior con miras a satisfacer, las necesidades de una demanda cada vez más diversificada, el impacto de la globalización en los planes y programas de estudio y la necesidad de abordar de manera comprensiva el problema de financiamiento de la educación, entres otros no menos importante.

De nuestra parte, pláceme comunicarles a nuestros amables lectores que debemos salvar tres grandes obstáculos: la falta de recursos económicos; la pobreza de los alumnos y la deficiente capacidad profesional y técnicas de muchos de nuestros docentes.

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