Las inundaciones que provocaron las cuatro horas de lluvias en el Gran Santo Domingo, es la consecuencia de la falta de un plan de ciudad que aborde el tema de la infraestructura, la pavimentación del territorio, así como del manejo inadecuado de los residuos sólidos.

Así lo considera el arquitecto urbanista Omar Rancier, quien afirma que lo ocurrido es una señal de alerta para que los administradores y expertos se sienten a planificar la ciudad, que está siendo pavimentada sin dejar espacios para que las aguas drenen de manera natural.

“Lo que ocurrió no fue más que la crónica de una muerte anunciada, porque desde hace mucho tiempo se ha estado hablando del crecimiento desordenado de la capital dominicana, con un polígono central que no es más que un arrabal de lujo”, expone Rancier, coordinador de la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).

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Sostuvo que desde hace años se ha estado planteando, a través de diagnósticos territoriales, que el territorio de la ciudad de Santo Domingo, de manera específica del Distrito Nacional, tiene una deficiencia de drenaje sanitario, además de la sobrepoblación de zonas sin ajuste a la infraestructura.

Cita la zona del Polígono Central, la que fue más afectada por las lluvias, hace apenas 30 años estaba compuesto por viviendas aisladas en grandes solares, sin embargo, ahora en ese espacio existen 40 o 50 apartamentos con la infraestructura sanitaria de hace 50 años.

Sugiere que se trate el tema de Santo Domingo con una visión integral en el que se recojan los planes viales, de alcantarillado, de viviendas, de esparcimientos, mediante una propuesta coherente.