Desde que se aprobó en el año 2013 el tan anhelado 4% del presupuesto nacional para la educación de nuestro país, este solo se ha aplicado para la construcción, rehabilitación y ampliación de escuelas; para la creación de la Jornada de la Tanda Extendida, desayuno escolar, y en gran medida, para el pago de la nómina de empleados y profesores.
El modelo educativo de la República Dominicana en sus tres niveles: básico, secundaria y superior, requiere de un cambio urgente de su currículo, ya que se ha vuelto obsoleto y no responde a las necesidades actuales de nuestro país, insertado en un mundo totalmente globalizado y competitivo, pues nos hemos quedado por debajo de la mayoría de los países del área, según los índices de medición de los organismos internacionales, los cuales nos dejan muy mal situados. Nuestros bachilleres, salvo algunas excepciones, egresan casi analfabetos funcionales, pues carecen de los conocimientos e informaciones necesarias para poder insertarse en el mercado laboral.
Le puede interesar: Foro Socioeducativo dice que el Gobierno promete no tocar 4% PIB
Si en verdad queremos ser competitivos a nivel internacional, tenemos que ir implementando y asimilando todo lo que le ha dado resultados en materia educativa a países como Japón, Finlandia, a los denominados “Tigres Asiáticos” (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán). Algunos de ellos eran mucho más pobres que nosotros, pero hicieron grandes inversiones en la educación, en tecnologías y cambiaron su modelo educativo en sus tres vertientes.
En esos países, tanto en el nivel básico como secundario, se han eliminado las asignaturas “rellenos”, y todas aquellas que no aportan valor a los estudiantes; solo se imparten las que verdaderamente generan los conocimientos que están en consonancia con las necesidades del país, tales como tecnologías, matemáticas financieras, computación, ciencias naturales y sociales, lectura, comercio internacional, idiomas, cultura, moral y ética, ecología, entre otras, en combinación con el sector privado, quien les recomienda las carreras que son de gran interés y que deben ser fortalecidas.
En nuestro país, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, con el apoyo del sector privado, deben analizar también el currículo de cada una de nuestras universidades y adaptarlo a nuestras necesidades. Las carreras universitarias deben ser seleccionadas y orientadas al desarrollo que procura el país. Debemos formar jóvenes emprendedores, no para buscar empleos de mala calidad, sino para que sean empresarios o profesionales independientes.