Levantemos el fusil social para refundir esta nación, para crear una metamorfosis y una restitución. El fusil de las ideas debe ser levantado y promovido en cada rincón de la República Dominicana; no es verdad que los dominicanos nacimos corruptos, no es verdad que no podemos cambiar, no es verdad que estamos destinados y obligados a vivir como un Estado o país listado entre los más corruptos del Hemisferio Occidental.
Tomar el fusil social es solo un paso, el próximo paso neurálgico es identificar, ¿Quién es nuestro enemigo y quién nos ha estado destruyendo por generaciones? Uno de nuestros enemigos coexiste en y con nosotros, me refiero a las ideas que generan pobreza y alimentan la maquinaria que promueve el caos social. Debemos entender como sociedad dominicana que hemos crecido con ideas que han promovido la corrupción, la falta de identidad social y la violación a las leyes que deberían generar equidad y justicia. Ideas que mantienen a toda una comunidad marginada, sin agua, sin una buena alimentación y un sistema que promueve el centralismo y el exceso de poder en los partidos políticos y en la mayoría de los líderes políticos que dirigen esas estructuras partidistas y partidarias.
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Después de tomar el fusil social en las manos y de identificar el blanco o el enemigo que nos destruye, la acción que continúa es apretar el gatillo para que las balas convertidas en ideas penetren en el corazón de la ignorancia, en las arterias y en los tejidos de una sociedad indomable y protegida por un sector que se aprovecha del poco uso que le hemos dado al fusil social. El pueblo con la suma de todos los sectores debe articular el músculo que nos hace cargar el fusil. Es tiempo de crear un paréntesis, y adueñarnos de nuestra propia historia, de culpar y al mismo tiempo culparnos por la pasividad que hemos mostrado frente a un cuadro social que nos ha llevado a quejarnos y a buscar los responsables del desastre planificado y dirigido.
Podemos cambiar la realidad social cuando cambiemos nuestra forma de vernos a nosotros mismos, cuando entendamos que tenemos un fusil de alta capacidad que puede arrastrar y destruir esos males que han reinado en la historia dominicana; decía el crítico y escritor Víctor Hugo que la aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer; Víctor Hugo estaba más que claro, ¿ y nosotros? El fusil social debe ser tomado en manos de un pueblo que genere una masa crítica, los partidos convencionales, la izquierda y la derecha han perdido la credibilidad y se han convertido en protectores de aquellos que serán destruidos por el fusil social.
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Cuando leo a Víctor Hugo, puedo ver en él un sentido de justicia, de equidad y de misericordia; debemos retomar el poder de las ideas, debemos usarla como un fusil de alta capacidad. Nuevamente quiero citar a Víctor Hugo y extrapolar esta última frase que él dejó: “No son las locomotoras, sino las ideas, las que llevan y arrastran al mundo«. El pueblo dominicano debe tomar el fusil social de las ideas, entender que podemos generar una metamorfosis que beneficie a todos los sectores de la sociedad; debemos vernos a nosotros mismos y salir del cascarón que otros nos impusieron. Levantemos, identifiquemos y apretemos el gatillo de nuestro fusil social.