¡Uso mi pensamiento lateral!

¡Uso mi pensamiento lateral!

Viva Aristóteles!… ¡De ahí viene mi potencia como soñador de realidades!” –grita Píndaro, sentado sobre un taburete de aluminio con asiento plástico negro-… “¿Y qué tanta alharaca es que vienes haciendo, Píndaro –le increpa Herminio a su alter ego-… ¡Nunca te había visto tan eufórico!”… “¡Es que acabo de empezar mi año haciendo puros silogismos para garantizar mis mejores resultados en este 2023!”, exclama Píndaro-.

Píndaro parece haber entrado al mundo más influyente de la filosofía, al interesarse por los mensajes y estelas dejados por ese gran filósofo que fue Aristóteles (384-322 a.c)… Según él, cuando algo era apto, ya era real ante todos nosotros, y tenía profundas convicciones sobre la importancia del concepto de poder extendido a la educación moral de todos nosotros, como seres humanos… “¡Ese tipo no era fácil! –grita Píndaro-… Imagínate tú frente a él tratando de asimilar sus inquietudes… Unas inquietudes que, todavía hoy, parecen un sueño, porque solamente con plantear que cuando enfrentamos nuestros momentos más difíciles nos sale a relucir nuestro verdadero yo” –refiere Herminio, mientras agrega: “Imagínate Píndaro, ¡él fue el primero en atreverse a hacer una clasificación de nosotros, como seres vivos!”… Píndaro, que ha abierto sus ojos de par en par, parece sorprenderse y le expresa: “Lo que tú no sabías es que Aristóteles fue llamado ‘el padre de la lógica’, cosa que hoy parece de lo más extraño, en un mundo que pareciere desmadrarse hasta por los poros… Él trajo a nosotros el concepto de ‘raciocinio’ que, por lo que te dije antes, es de lo que más adolecemos en muchas de nuestras sociedades que andan manga por hombro y como chivos sin ley…”, -señala Píndaro-.

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“Es cierto, Píndaro –comenta Herminio-, las falacias son utilizadas hoy día como si fuera beberse una taza de café con un pan de agua… Los argumentos incorrectos, son planteados a sectores de las poblaciones como si fuesen correctos, porque desde niveles de estudios primarios no se enseña lo valioso que es para nosotros, como seres humanos de respeto, el ejercitar la razón y, por lo tanto, nuestro pensamiento… Es inconcebible cómo ignoramos que todos estamos capacitados para usar nuestro sentido común pero, a él lo hemos convertido en el menos común de los sentidos”.

“Es más –expresa Píndaro-, fue el mismo Aristóteles que nos legó lo importante que es el uso de la persuasión como arte… Y, es tan así –agrega-, que tuvo la capacidad de plantear y probar que los seres que habitamos este mundo somos de dos tipos: Los vivos, y los inertes… Nosotros, los que nos consideramos ‘seres vivos’ –enfatiza el alter ego de Herminio que se otorga condiciones de ser vivo-, tenemos según este filósofo cinco características que nos distinguen de los inertes: Automovimiento, nutrición, reproducción, desarrollo, y muerte”… “Y, se te olvida –remacha Herminio a Píndaro-, que nosotros, como seres humanos, tenemos un algo más que no tienen ‘los inertes’: ¡Un alma!”.

Tanto Píndaro como Herminio se han enfrascado en traer a colación parte del pensamiento de Aristóteles porque, para ambos, en la mayoría de los casos se ignora por completo las ventajas planteadas por él acerca de los importantes resultados obtenibles si siempre utilizáramos nuestras propias experiencias antes de querer forzar un resultado de nuestras actividades, perdiéndonos de la oportunidad de lo valioso que es el disfrutar de finalizar algo de forma palpable y comprobable… “Lo que pasa, Herminio –exclama Píndaro-, es que este filósofo pareció poner la tapa al pomo de muchos de nuestros problemas desde hace muchísimos años y, todavía hoy, nos hacemos de la vista gorda para fomentar la pobreza intelectual de una gran población… Él claramente planteó que las personas en este mundo debían tener algún tipo de conocimiento que pudiese serle útil en su futuro, no en el sentido de servirle de herramienta u objeto, sino a su desarrollo como persona y para evitar así que fuese tildado de ‘ignorante’… Su gran valor para países como el nuestro, es que sostuvo que la educación es igual a menos ignorancia en temas técnicos” –sentencia Píndaro-.

Herminio, que no sale de su asombro ante un Píndaro que ha estado filosofando frente a sus lectores, expresa: “Sólo me falta plantearte, Píndaro, que Aristóteles nos recordó, además, que ¡disponemos de un ‘pensamiento paralelo’, para utilizarlo como nuestra arma creativa en la solución de los problemas que debamos enfrentar!”.

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