WASHINGTON, (AFP). La política de «vacaciones ilimitadas», un sistema basado en la confianza aplicado desde hace años por compañías estadounidenses, hace felices a los empleados pero también a los empleadores, que calcularon que la flexibilidad era más rentable. En Ryan, una firma global de servicios de impuestos con 1.600 empleados, la mayoría de los asalariados no reportan sus horas de trabajo desde 2008. Y nadie cuenta los días de ausencia.
En Estados Unidos, ninguna ley exige a las empresas dar licencias pagas, y alrededor del 10% de los asalariados a tiempo completo no tiene derecho a nada, según un análisis del Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR, por su sigla en inglés). En promedio, los estadounidenses tienen dos semanas de vacaciones pagas al año.
En verano, Steve Thompson, un gerente de 32 años en la oficina de Washington de Ryan, suele comenzar su fin de semana el mediodía del viernes para evitar los atascos de tráfico en la carretera a la playa. Sólo tiene que ponerse de acuerdo de antemano con su supervisor y su equipo para tomarse un fin de semana de tres días. Puede organizar su tiempo como le parezca mejor.
«Si estoy muy estresado y no tengo ninguna reunión, me voy al gimnasio», dice a la AFP en la sala de su casa, junto a sus dos gatos.
Al final, no necesariamente trabaja menos, porque luego compensa desde su casa, de noche o el fin de semana. Steve es evaluado en 80% en su productividad. En su evaluación anual, el objetivo volumen de negocios representa el 40% y los índices de satisfacción dados en forma anónima por sus clientes, un 40%. Su trabajo consiste en reducir los impuestos de propiedad de sus clientes corporativos, y Ryan le paga un porcentaje de las ganancias.