Estamos en el mes de febrero a cuando conmemoramos la gesta heroica de nuestra Independencia. (27 de febrero 1844).
Esta bendecida fecha, marco un antes y un después de nuestros destinos nacionales.
Gracias al Patricio Juan Pablo Duarte, dominicano por excelencia, quién tuvo el sueño de soñar y forjar nuestra Patria (entusiasmando a un grupo de hombres y mujeres a luchar por ella) hoy gozamos de tener un suelo capitaneado por compatriotas en un sistema democrático dónde los que tenemos la dicha y el privilegio de haber nacido y optado por la dominicanidad, tenemos características muy propias que nos enorgullecen.
Detallo a continuación:
La primera es, nuestra fe en Dios se manifiesta públicamente bajo el lema Dios Patria y Libertad estampado en nuestra bandera enseñoreada por la blanca y luminosa cruz, redentora de la humanidad, bordeada por los colores rojo azul y blanco tal cómo está vestida nuestra madre y protectora Nuestra Señora de la Altagracia.
Otra característica importante que nos debe llenar de alegría, es el corazón generoso y solidario de nuestros habitantes.
Los dominicanos somos siempre prestos a dar la acogida y la ayuda necesaria a quién lo necesite.
Por supuesto, he de mencionar los bellos recursos naturales que goza nuestra tierra.
Recursos naturales que por largo tiempo hemos cuidado y protegido pero que tristemente hoy en día están siendo amenazados por intereses malsanos que buscan solamente explotarlos por unos cuantos pesos.
Asimismo y por igual lamentable, la tala de los árboles que cobijan nuestros ríos.
Practica malsana que destruye y extingue poco a poco nuestros ríos.
Ríos que son salvaguardas de la vida de esta isla.
Por más buenos que sean los recursos con que contemos (humanos como físicos), hace falta la humildad para establecer mecanismos de coordinación y que cada quien haga su rol al respecto. Estas palabras traducidas a un lenguaje evangélico quieren decir, que hace falta hermanar esfuerzos para lograr el objetivo común.
No puedo dejar de mencionar la base ideológica que dio razón a nuestra existencia como a mis ojos lo es el ideario de Duarte.
Recordemos las frases de Duarte que dicen: «Trabajemos por y para la Patria» y aquella que dice; vivir sin Patria es vivir sin honor.
Es oportuno ubicarnos en el tiempo que nos ha tocado vivir, hay una tendencia globalista qué busca disminuir poco a poco la nacionalidad.
Hago un llamado a mis compatriotas a resaltar nuestra identidad y nuestra nacionalidad.
Nadie está ajeno a este propósito. Cada quien en el lugar que le ha tocado vivir tiene un rol importante.
El maestro con respecto a sus estudiantes, el periodista en sus medios, el político, el guardia, el policía, etcétera.
Vivamos nuestra dominicanidad los y sintámonos Embajadores de nuestra república que ha sido llamada a ser soberana e independiente de toda potencia e influencia extranjera.
Amemos a nuestra Patria.
Amar no es solo una palabra bonita. Amar es comprometerse, es accionar. Amemos a la Patria: comprometámonos con ella. la Patria es de todos y de todas.