Varita de virtudes

Varita de virtudes

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Estoy muy preocupado por Luis, puesto que solo Jesucristo fue capaz de multiplicar el pan y los pescados para de dos o tres ejemplares de cada alimento dar de comer a miles de personas y, además, sobró tanto que permitió recoger sobras abundantes.

Ganamos, bien. No hubo desórdenes porque la contundencia del voto fue tal que se eliminó de cuajo el derecho al pataleo. Derecho que ejercen los pueblos cuando las trampas y dificultades, que presentan las autoridades, no logran ser sobrepasadas por la cantidad de votos emitidos en favor de un candidato el Cambio se convirtió en un grito nacional que permitió desfogar la caldera popular harta de abusos, robos, permisividad para el lavado de activos y el narco y microtráfico.

Se coinvirtió en una aspiración nacional de mejor vida, de mejores oportunidades para las masas irredentas, de mejores oportunidades de lograr la seguridad ciudadana con la creación de empleos y trabajos que permitan acceder a posiciones remuneradas que faciliten llevar comida, vestidos, y diversiones a las familias.

Se convirtió en un deseo colectivo de igualdad de oportunidades que ahora se les dificultan a los desposeídos quienes saben que no están condenados a vivir en el arroyo para todas sus vidas.
Se convirtió en la esperanza de que haya un mejor sistema nacional de salud, bien dotado, que cumpla con niveles de servicios de los que ahora se sabe que no obtendrán quienes se ven en la necesidad de ir a un hospital público.

Que la educación se ocupará de crear oportunidades de estudios incluso para personas marginadas porque no saben leer y escribir, pero pueden aprender mecánica automotriz, pintura de carros, pintura de edificios, jardinería, carpintería, en lo que son alfabetizados y se los educa en matemáticas, historia, geografía, y materias relacionadas con los conocimientos generales, que no habrá límites en lo que a materias manuales se refiere y que esos conocimientos los acercarán al mercado de trabajo.

El Cambio nunca fue una frase hueca, una consigna de campaña electoral, un anuncio de televisión o de cambio, ni mucho menos una gorra con un letrero, el cambio significó, y se impuso así, unidad y esperanza, solidaridad y oportunidades abiertas para ganar el pan nuestro de cada día con dignidad.

Dado que Luis no tiene una varita de virtud como la de las hadas, que convertían los sueños en realidad, se impone un trabajo ciclópeo de 24 horas durante todos los días del mes y del año, un esfuerzo nacional donde no haya distracciones, sin prisas, pero sin pausas, halando la carreta en la misma dirección.

Y sobre todo saber que el 17 de agosto no todo estará resuelto.
¡Adelante y valor!

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