Lo primero que aclaran es que ellas no se sienten nada cómodas cuando se refieren a ellas como empleadas domésticas y en segundo lugar piden a todas aquellas personas que las tienen contratadas en sus hogares que las traten como la gente y que entiendan que ellas también tienen derechos.

Se trata de las cuatro mil 500 mujeres trabajadoras del hogar que pertenecen a la Asociación de Trabajadoras del Hogar y cuyos mensajes y planteamientos formuló hoy su secretaria general, Elena Pérez.

«Son dos términos que parecen iguales, pero que en realidad son distintos. A nosotras no nos gusta utilizar empleadas domésticas, porque doméstico viene de domesticar, y quienes se domestican son los animales, las personas no se domestican. Las personas se educan, no se domestican, por eso la terminología tiene una connotación diferente», explicó.

No obstante, a raíz por el testimonio que a seguidas agrega en relación al trato que reciben muchas trabajadoras del hogar, pareciera que sus empleadores tampoco tienen muy en claro la diferencia entre personas y animales, donde nisiquiera estos últimos deben ser objetos de maltrato.

Y es que Elena explica que sus colegas son víctimas de despidos abusivos, en los que no se les quiere pagar la cesantía, conocida popularmente como liquidación, alegando que a las trabajadoras del hogar no le corresponde este beneficio.

Sin embargo afirma que la República Dominicana firmó el convenio C 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, auspiciado por la Organización Internacional de Trabajo (OIT), que aquí sí se contempla.

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Lo peor, dice Elena, es que hay muchas trabajadoras que van al Ministerio de Trabajo buscando apoyo y asesoría en este sentido, pero se encuentran oficiales que las informan mal y les dicen que no les toca liquidación.

«El Código de Trabajo establece desde el artículo 259 hasta el 265 derechos básicos como son permiso para estudiar, para visitas médicas, vacaciones, salario de Navidad o salario 13, jornada de descanso de 36 horas, nueve horas de descanso entre una jornada y otra, dígase dormir, pero hoy día contamos con una nueva normativa que es el convenio 189 que establece un piso mínimo de protección, donde habla que debe establecerse una jornada de trabajo, un salario mínimo, inclusión a la Seguridad Social, contrato de trabajo por escrito y prestaciones laborales como los demás trabajadores», indica.

Acoso y violencia verbal, entre los abusos más frecuentes. Elena explica que de las denuncias que llegan a la asociación, los casos más frecuentes, además de los despidos sin pago de cesantía, implican violencia verbal y acoso sexual.

«Las trabajadoras del hogar son víctimas de mucho abuso verbal. También hay acoso sexual, pero no son tantos, y hemos escuchado de casos de violaciones sexuales y hostigamiento continua. Pero la violencia más frecuente y que nos afecta mucho, es la verbal, porque también afecta psicológicamente», explica.

Finalmente, critica que haya dueñas y dueños de casa que se creen superiores, tal vez porque hayan tenido la oportunidad de estudiar y ellas no.

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Llama la atención de los legisladores sobre ley de uniformes. También hace un llamado al Congreso Nacional, a raíz de la aprobación en la Cámara de Diputados de un proyecto de ley que prohíbe a los patrones exigir a sus trabajadoras el uso de uniformes cuando estén fuera del hogar de trabajo.

«No vamos a decir que está mal en su totalidad, pero en un orden de prioridades, el tema del uniforme no es lo fundamental para el sector. Más discriminatorio para nosotras es no estar dentro de la seguridad social. Más discriminatorio es no tener un salario digno. No contar con una jornada de trabajo, esas son cosas que son más discriminatorias», concluyó al ser entrevistada por Jhonatan Liriano, Nathalia Mármol y Franiel Genao en La República Radio, que se transmite por La Nota 95.7 FM, de lunes a viernes, de 4 a 5 de la tarde.