Santiago.- Víctimas de los abusos sexuales por parte de sacerdotes de la Iglesia católica celebraron la renuncia en masa este viernes de los obispos chilenos, al final de una inédita reunión en el Vaticano con el papa Francisco. «No supieron proteger a los más débiles, los expusieron a abusos y luego impidieron justicia.
Por eso, solo merecen irse», dijo en su cuenta de Twitter, José Andrés Murillo, uno de los acusadores del sacerdote Fernando Karadima, cuyo caso abrió una inédita revisión por parte del Vaticano de la actuación de todo el clero chileno frente a los abusos sexuales y su encubrimiento.
Otro de los denunciantes de Karadima, Juan Carlos Cruz, afirmó que la decisión de los obispos chilenos -anunciada en una rueda de prensa este viernes en el Vaticano- «cambia las cosas para siempre».
Treinta y cuatro obispos chilenos, 31 de ellos en funciones, se reunieron esta semana en Roma con el papa Francisco. Al final de los encuentros anunciaron la renuncia de todos los asistentes después que el papa adelantara su disposición a adoptar «cambios y resoluciones» en la Iglesia chilena.
La renuncia de los obispos chilenos fue «para que el papa esté libre; esa es la idea, no queremos decirle al papa: ‘usted tiene ahora su barco y manéjelo solo’, por el contrario, él cuenta con nosotros», comentó este viernes al regresar al Chile, el obispo de la ciudad chilena de Chillán, Carlos Pellegrín.
«Estamos a su total disposición para limpiar lo que haya que hacer, para asegurar protocolos que nos permitan ayudar a las víctimas de una mejor manera», agregó Pellegrín a periodistas que aguardaban en el aeropuerto de Santiago el retorno de los religiosos chilenos.
Entre los 34 obispos figuran varios de los acusados de haber encubierto durante décadas los abusos cometidos por Fernando Karadima, suspendido de por vida después de haber sido declarado culpable en 2011 de abusos sexuales a menores en los años 1980 y 1990.
Los obispos chilenos fueron acusados por Francisco de ser colectivamente responsables de «graves defectos» en el manejo de los casos de abusos y de la consiguiente pérdida de credibilidad de la Iglesia católica, de acuerdo a un documento que les distribuyó el pontífice revelado por el Canal 13 de Chile.