Londres. Los británicos otorgaron la mayoría absoluta al líder del Partido Conservador, Boris Johnson, en las elecciones generales de este jueves para que ejecute su plan del “brexit”, mientras que la Unión Europea (UE) está dispuesta a “dar los primeros pasos” que conduzcan al final del proceso.
Los conservadores obtuvieron 363 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, mientras que los laboristas sufrieron un duro varapalo al quedarse con 203 diputados, si bien aun restan dos circunscripciones por escrutar.
El Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon logró un gran ascenso, con 48 escaños de los 59 que tiene la región en el Parlamento de Westminster, y los proeuropeos del Partido Liberal Demócrata lograron 11 asientos.
EL BREXIT REVOLUCIONA LA POLÍTICA BRITÁNICA
Johnson, que concurrió a los comicios con el compromiso de culminar el “brexit” el próximo 31 de enero, celebró el respaldo alcanzado en las urnas para “respetar la voluntad del pueblo» expresada en el referéndum de 2016, al tener una mayoría parlamentaria con la que aprobar el plan que consensuó con Bruselas.
Los conservadores han recibido un “mandato poderoso” para liderar y “unir” al Reino Unido, dijo en sus primeras palabras públicas tras conocer su aplastante triunfo.
El Parlamento británico ha rechazado hasta en tres ocasiones el acuerdo de salida sellado entre la UE y el Gobierno británico, lo que ha obligado a postergar dos veces la retirada del país del bloque comunitario.
Por su parte, el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, achacó el “decepcionante” resultado electoral a la polarización social que ha provocado este proceso.
“El ‘brexit’ ha polarizado y dividido el debate en este país y ha pasado por encima del debate político normal”, argumentó el laborista, que avanzó que no será candidato en unas futuras elecciones aunque continuará al frente de la formación durante un “periodo de reflexión».
La voluntad de los votantes tampoco acompañó a la líder del Partido Liberal Demócrata británico, Jo Swinson, que defendió la permanencia del Reino Unido en el bloque comunitario y la revocación del artículo 50 del Tratado de Lisboa.