Violencia escolar, pone otra mala nota al sistema educativo

Violencia escolar, pone otra mala nota al sistema educativo

La escuela debe ser un espacio seguro. Ningún niño debería tener miedo de ir a clases. Sin embargo, para muchos estudiantes de todo el mundo, la escuela es un lugar peligroso, y la República Dominicana no es la excepción.

En nuestro país, el año escolar 2021-2022 cerró con malas notas en prevención de violencia escolar.

Casos horrendos como el de Esmeralda Richiez, adolescente fallecida en febrero luego de salir en compañía del maestro John Kelly Martínez; otro que encontró la muerte en la escuela fue Yeiron Almánzar Cabrera, quien presuntamente murió por los golpes propinados por tres estudiantes de la Escuela Panamá.

Mientras que, en el Liceo José Joaquín Pérez de San Pedro de Macorís, le cercenaron una de sus manos a un joven del plantel escolar.

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Otro caso que estremeció el país fue el de una estudiante que arrancó parte del cabello a otra en una escuela ubicada en la ciudad de La Vega, hecho que se viralizó en las redes sociales debido a que la agresora subió orgullosa la parte del cuero cabelludo que le desprendió a su compañera de clases.

Tristemente, la violencia en las escuelas (desde el acoso hasta el hostigamiento sexual y los golpes) es tan frecuente que parece incontrolable. Se ha vuelto un serio problema para el sistema educativo y padres de familia que dejan sus niños, niñas y adolescentes en esos centros durante cuatro u ocho horas diarias.

La violencia escolar parece un mal fuera de control, ¡pero no, es evitable y todos podemos hacer algo al respecto!

Así lo explica Berenice Pacheco Salazar, doctora en educación y psicóloga. y además especialista en violencia escolar.

Pacheco Salazar, explica que en los centros educativos ocurren muchas manifestaciones de violencia entre el estudiantado como: verbal, física, económica y sexual.

Además, lamentablemente, en muchos contextos aún ocurre violencia de docentes hacia sus propios estudiantes.

“La violencia escolar es una problemática que se encuentra interconectada a la violencia de nuestras sociedades. La violencia social e intrafamiliar se expresa en los centros educativos. A su vez, la violencia escolar contribuye a perpetuar la violencia social”, asegura.

Así mismo, la especialista asegura que también existen características de la propia cultura y gestión escolar que propician que ocurran situaciones de violencia. Por ejemplo, es lamentable que muchos centros educativos no cuenten con programas de prevención y atención a la violencia escolar, sino que respondan con acciones también coercitivas que solo empeoran el problema.

Qué hacer

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La doctora Berenice Pacheco Salazar, asegura que para atender y prevenir un problema tan complejo, requiere de esfuerzos integrales, intersectoriales y sostenidos en el tiempo.

Cada institución social (gubernamental, empresariado y de la sociedad civil) tiene un rol importante que desempeñar en la prevención de la violencia escolar.

“No obstante, es el Ministerio de Educación y los propios centros educativos quienes están llamados a desempeñar un rol proactivo y protagónico en la construcción de nuevos modelos sociales de convivencia”, sostiene.

Recomendaciones

La especialista en violencia escolar realizó algunas recomendaciones que pueden prevenir la violencia en a las escuelas:

  1. Lo primero es reconocer la gravedad del problema y las distintas manifestaciones y direccionalidades con las que ocurre la violencia escolar en los centros educativos.
    “Mientras se minimice la realidad de la violencia escolar en República Dominicana, será imposible desarrollar soluciones efectivas”, destaca.
  2. Es necesario asumir la mejora de la convivencia escolar como prioridad pedagógica. Para esto, se requiere: Fortalecer la formación inicial y continua de todo el personal docente para que manejen herramientas que les permitan identificar, atender y prevenir la violencia escolar, y desaprender sus propias actitudes y prácticas violentas en las aulas.
  3. Desarrollar programas de formación estudiantil en temáticas de resolución pacífica de conflictos, prevención de violencia, educación en valores, entre otros.
  4. Fortalecer el trabajo con las familias para contribuir a una crianza más afectiva desde la disciplina positiva.
  5. Establecer mecanismos que permitan compartir lecciones aprendidas y buenas prácticas entre los centros educativos de todo el país y la región.