Los Tigres del Licey ganaron su corona número 23 de la mano del dirigente José Offerman, quien se consolida como un gran líder entre todos los jugadores.
A la edad de 21 años, José Offerman debutó en las Grandes Ligas con los Dodgers de Los Angeles.
Se proyectaba como un jugador de valor y en esos tiempos sufrió algún nivel de desprecio de parte de su entonces dirigente Tom Lasorda.
A pesar de los obstáculos permaneció en Los Angeles cinco temporadas.
Luego inició un tour por varios equipos que incluyó los Reales de Kansas City, Medias Rojas de Boston y Marineros de Seattle.
Offermna, quien a principios de su carrera era alguien tranquilo, poco conversador, desarrolló la tremenda virtud de muy buena comunicación con los jugadores.
Fue entonces cuando arrancó una nueva etapa como coach y entrenador hasta finalmente comenzar a recibir oportunidades de dirigir.
En ese trayecto regresaron los problemas a tal punto de que fue expulsado de por vida de Lidom.
Tuvo un incidente con un umpire que provocó que el entonces presidente de entonces de Lidom, Leonardo Matos Berrido, lo expulsara de por vida.
Offerman mostró su arrepentimiento e incluso acudió a los medios en busca del perdón social.
Finalmente, la gente aceptó sus disculpas y regresó a Lidom.
Hizo una parada como comentarista de televisión de los Tigres del Licey y lo hizo bien.
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Luego su vida fue golpeada por un tema de salud, pero gracias a Dios lo pudo superar.
Llegó la oportunidad de dirigir otra vez a los Tigres del Licey y ahora se consagra al llevarlos a conquistar su corona 23.
“He tenido que batallar con muchos temas. Pero con mi apego a Dios he podido encontrar las fuerzas necesarias para superar cada tropezón”, dijo Offerman luego de coronarse campeón.
No se atribuye tener una varita mágica, y comparte el éxito con la gerencia y los jugadores.
“Aquí todos aportamos en esta corona, no hubo protagonismo, todos empujaron en una misma dirección y por eso hoy podemos celebrar”, agregó emocionado.
Hombre de fe
Offerman siempre ha tenido que caminar por terrenos minados, pero nunca deja que una crítica perturbe y siempre piensa positivo.
“Cuando llega el éxito la gente piensa que fue fácil. Esto es una combinación de muchos factores, trabajo duro, paciencia e inteligencia para hacer las cosas bien en el momento indicado”, expuso.
Manejar jugadores no es tarea fácil.
“Es un trabajo diario, sacar el mejor provecho de cada jugador, y mantener contento a quienes no pueden estar en el terreno de juego. Al final, todos celebramos juntos” dijo Offerman. Ahora a pensar en la Serie del Caribe.
Clave
Resalta apoyo de Audo Vicente
Éxito
Cuando Audo Vicente fue contactado para ser el Gerente General de los Tigres del Licey lo primero que hizo fue hablar con José Offerman para que fuera el dirigente. Audo y Offerman trabajaron unidos todo el año y los resultados fueron positivos. Audo respetó las decisiones de Offerman, y de su lado, Offerman se ganó el respeto de los jugadores, que siempre acataron cada una de sus órdenes en el terreno.