La autopercepción determina la autovaloración, si nos percibimos de una manera incorrecta, tendremos pensamientos irracionales que perjudicarán nuestras acciones. Los complejos son percepciones distorsionadas de nosotros mismos, ya sea que se trate de un aspecto físico o de una característica personal; incluso de algo que encontramos desagradable en nuestro ser.
Los complejos habitan en nuestra mente, son producto muchas veces de situaciones de la infancia, traumas no resueltos, vivencias dolorosas; incluso de percepciones de otras personas que terminan proyectando en nosotros este pensamiento.
¿Que debe pasar para que algo se convierta en un complejo? Este sentimiento llega cuando algún aspecto en nosotros sobresale o al menos así lo entendemos y termina condicionando nuestra conducta, haciéndonos sentir menos valiosos.
Sentirse acomplejado puede convertirse en una pesadilla que afecte significativamente nuestras vidas. Es como pararnos frente al espejo y ver una imagen distorsionada de nosotros.
Las personas que tienen complejos pierden la libertad de mostrarse como son, de decir lo que piensan sin miedo, pues se les olvida de manera consciente o inconsciente que el valor de una persona no está en su aspecto físico, ni siquiera en sus habilidades y/o capacidades intelectuales.
Como liberarte de los complejos
- Acéptate y valórate como realmente eres.
- Refuerza tu autoestima.
- Enamórate de ti.
- Identifica el origen de tus complejos, el porqué de los mismos y trabaja en ellos para superarlos.
- Reconoce tus limitaciones.
- Reconoce que la perfección no existe, buscarla solo harás que te sienta frustrado.
- Identifica tus fortalezas y apóyate en ellas para trabajar tus debilidades.
- Reconoce tus virtudes. ¡Tienes muchas!
- No busque siempre la aprobación de los demás, si bien es cierto que somos seres sociales y por ende buscamos la aceptación de las personas que amamos, es dañino necesitar ser aprobados para sentirnos seguros.
- ¡Mira lo positivo! Una actitud positiva siempre nos hará más fácil la vida.
- ¡Asume tus defectos! Acéptalos o trabaja para cambiarlos, llorar y sufrir por ellos no te llevarán a crecer.
- ¡Prepárate para las críticas! Aprende de las que realmente sean positivas e ignora las negativas.
- ¡No te compares con los demás! Las comparaciones restan; sí puedes admirar una cualidad de alguien y trabajarla en ti, pero sin compararte ni menospreciarte.
- Ten presente que lo valioso de un ser humano es su capacidad de amarse y amar a los demás.
- Rodéate de personas con tus mismas virtudes y valores.
¡NO hagas bandera de tus defectos! Haz bandera de tus virtudes. El desafío es trabajar para tu propio crecimiento y desarrollo, por ti y para ti.