Acabo de participar los días 11 y 12, en los debates del foro “Sur Global: Nueva era, Nueva Misión” realizado en Brasil con la asistencia de 350 representantes de alto nivel de gobiernos, centros de pensamiento -thinktanks-, académicos, profesionales, instituciones periodísticas, empresas y otras instituciones de 70 países.
El análisis comprendió la amplia gama de desafíos a los que se enfrenta el mundo actual amenazado por guerras, crisis de seguridad y gobernanza y los continuos retos para poder avanzar por un desarrollo global inclusivo, para todos. Son las naciones del ahora definido como Sur Global las que enfrentan los mayores retos, sometidos, además, a un barraje informativo lleno de falsedades -fakenews- y “verdades alternativas”.
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Es el mismo conjunto de naciones que en los últimos 80 años han sido descritas como “países de la periferia”, “subdesarrolladas”, del “Tercer Mundo”, “en desarrollo”, “emergentes”, diferentes denominaciones para reflejar un mismo escenario de marginación, pobreza y exclusión de un modelo internacional avasallante. Al irrumpir a la estructuración de un nuevo sistema internacional, que algunos insisten en no darse por enterados de los cambios que se están operando, ese mismo conjunto de naciones reclaman el derecho a ser parte de la nueva realidad en la que se tomen en cuenta sus opiniones y derechos. China, parte del Sur Global, expone el potencial de su modernización destacando la urgencia de que todos los países avancen por sus propios esquemas de desarrollo y modernización, sin ínfulas de poseer una receta aplicable para todos muy lejos, a pesar de lo que algunos propagandean, de los viejos dogmas del “internacionalismo proletario”, y “comunismo internacional”, su propia autodefinición del modelo, “socialismo con peculiaridades chinas”, resalta su autonomía y pertinencia de que cada cual tome su propio camino el que debe responder a su historia, necesidades y particularidades pero que requieren apoyo y solidaridad internacional. Precisamente a eso hacia referencia el tema principal del conclave: “Desarrollo y Revitalización: Un nuevo viaje al Sur Global”. Entre los debates se resaltó la conveniencia de mayor uso de monedas locales en las transacciones, promover una multi polarización más justa, igualitaria y ordenada donde se reconozca la diversidad, imprescindible para lograr paz y desarrollo inclusivo. Si, definitivamente, el Sur Global debe conquistar su derecho a voz y voto, que se le escuche y reconozca su derecho a ser parte activa de la gobernanza global.