Vuelve y vuelve. La frase adquirió ribetes de escándalo por el alto costo en irrespeto a la Constitución, las leyes y los derechos humanos, de cada reelección, durante los gobiernos del doctor Joaquín Balaguer de 1966 a 1978, impuestos a rompe y raja, contra viento y marea.
Alguien dijo “No hay nada nuevo bajo el sol, excepto la novena sinfonía de Beethoven”, algún otro comparó la vida con un círculo que, de manera imprecisa, en lo que se refiere a tiempo de retorno, se repite de manera indefectible, como si estuviera predeterminado.
De muchas enfermedades se sabe, más o menos, con alguna imprecisión, que en cualquier momento asoman su rostro trágico y reinicia su paso malsano por y entre la humanidad. También se sabe, y hay modo de prevenirlos, que los males volverán, una y otra vez y cuando entendamos que han sido erradicados, en algún lugar oscuro de la tierra surge de nuevo, el mismo mal, aunque con otra vestidura.
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La vida es un constante aprendizaje, en una escuela que nos ofrece sus enseñanzas, aun cuando no sean apreciadas ni aprovechadas por nosotros. Una de esas lecciones nos la ofrecen las epidemias, pestes, plagas. Si queremos, si somos constantes, si somos cuidadosos, si sabemos leer los avisos de la naturaleza, podremos triunfar contra sus adversidades. Es, pues, asunto de estar atentos a cambios y mutaciones que avanzan, advierten sobre el porvenir inmediato, que no aprendamos, es culpa nuestra, que no seamos cuidadosos, dedicados, es problema nuestro, que seamos olvidadizos es también, problema nuestro, en lo que sí somos constantes y obtenemos las mejores notas es en quejarnos amargamente y culpar a otros de nuestros olvidos, de nuestros descuidos. Durante los días más terribles del covid llamé la atención sobre la euforia que se produjo cuando el Gobierno dijo que había comprado millones de vacunas para atajar la propagación del virus, sí, eventualmente se pudiera detener el progreso de la pandemia, pero era muy temprano para cantar victoria¡. El tifus, la tuberculosis, la difteria, las paperas, la simple gripe anual, de una precisión desagradable en su aparición, y otras enfermedades, pese al triunfo de disminuir su carga mortal, siguen así, vuelven y vuelven. Los efectos de esas enfermedades que surgen se desarrollan, se propagan, matan, dañan, afectan la salud de millones, son disminuidos con medicamentos que benefician a los contagiados. Del covid se desconoce hasta dónde surgió, de dónde salió, si fue producido en un laboratorio para buscar ventajas políticas y comerciales o si, por el contrario, se trata de un plan mefistofélico para disminuir la población mundial.
Lo dije antes y lo repito, el Covid vino para quedarse, no bajemos la guardia, use permanentemente las medidas de precaución…y después hablamos.