Wenceslao Vega

Wenceslao Vega

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El próximo martes, 14 de noviembre, a las 6:00 de la tarde el Instituto Dominicano de Derecho Constitucional pone en circulación en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra su Liber Amicorum en honor del profesor Wenceslao Vega. “Las bases históricas y constitucionales del derecho público” es la obra de un colectivo de juristas dominicanos e iberoamericanos que han colaborado con una serie de trabajos para honrar la trayectoria como jurista y como académico de este gran jurista e historiador dominicano.

Ya lo he dicho antes. Si, como advierte Ernst-Wolfgang Böckenforde, “la historia constitucional es una condición necesaria para la plena comprensión del vigente derecho constitucional”, se puede decir que todos los que cultivamos hoy el derecho constitucional en la República Dominicana, aún sin tener plena consciencia de ello, estamos montados, para usar la frase de Peter Häberle, en los hombros de ese gigante llamado Wenceslao Vega.

Como señala Roberto Medina, coordinador de la obra, “no es posible comprender la evolución histórica del ordenamiento jurídico dominicano y del constitucionalismo sin adentrarse en las obras del maestro Vega. Estas obras no solo han impactado a diversas generaciones de abogados, juristas e investigadores, sino que además han contribuido a generar una cultura constitucional, pues, como bien afirma el propio homenajeado, para poder defender y amar la Constitución es necesario -y, agrego, imprescindible- conocer su historia”.

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Wenceslao Vega es autor de un best-seller jurídico que es su manual de historia del Derecho dominicano con el cual miles de abogados nos hemos acercado entusiasmados a nuestra disciplina, guiados por la pluma didáctica del maestro, jurista e historiador. Pero hay otras obras importantes de Vega que cobran hoy gran actualidad. Tal es el caso de su Historia de la Corte de Casación Dominicana (1908-2008) -donde analiza los orígenes y evolución del recurso de casación, importante conocerlos ahora que se reformó la ley de casación-, así como su monumental Historia del Poder Judicial Dominicano, escrita a dúo con Américo Moreta Castillo.

En verdad, Wenceslao Vega ha contribuido a labrar un enfoque histórico-espiritual del Derecho dominicano y de nuestra Constitución, ayudando a preservar la univocidad originaria de los principios constitucionales de la República y proveyendo a los juristas dominicanos de los nutrientes esenciales para que seamos capaces de ubicarnos y responder históricamente a nuestros tiempos, desde la perspectiva de que el Derecho está permanentemente en un diálogo con sujetos mediados por la historia y actuando necesariamente aquí y ahora.

Si pudiese sintetizarse el gran aporte de Vega al estudio del Derecho en la República Dominicana diríamos que este gran jurista nos ha enseñado que detrás de cada institución jurídica, derecho o figura de la dogmática del Derecho hay una base histórica que puede perfectamente remontarse al Derecho romano, al colonial o al republicano.

Despertar en los abogados dominicanos esa especial sensibilidad hacia el pasado, hacia los orígenes del Derecho y los derechos en el ordenamiento jurídico dominicano, a su constante evolución histórica, ha sido el norte y el fruto del accionar de un historiador y de un estudioso del Derecho, que engalana la profesión jurídica y la academia de nuestro país. En fin, Wenceslao Vega nos ha demostrado fehacientemente que quien no conoce la historia del Derecho y los derechos -y la eterna lucha por éstos- no es capaz de defenderlos.