Wifredo García, fotógrafo, profesor, animador incomparable

Wifredo García, fotógrafo, profesor, animador incomparable

La XI edición de Photoimagen ha abierto sus puertas con una generosidad extraordinaria en obras, lugares y exposiciones, conmemorando además el centenario del primer grupo dominicano de fotógrafos, Los Alpinistas, en 1924.

El entusiasmo de “los públicos” le ha respondido desde sus inicios. Esta bienal, especializada y especial, liderada por Mayra Johnson y Carlos Acero, da a la Bienal Nacional de Artes Visuales un ejemplo de descentralización a seguir.

Las actividades paralelas de animación comenzaron con una charla, conversatorio y diálogo, a cargo de Guadalupe Casasnovas y Ricardo Sánchez, ambos fotógrafos y teóricos activos.

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Revivieron a Wifredo García como gestor de colectivos fotográficos. Fue el creador militante del santiaguero “Jueves 68” y de “Fotogrupo”, realidad y símbolo de unión para numerosos fotógrafos dominicanos. Nos apasionó esta merecida evocación, y brindó la oportunidad de recordar a Wifredo García, artista, poeta, profesor y amigo sobre todo.

Wifredo García nos dejó antes de que irrumpieron los fenómenos tecnológicos del presente. Si él se hubiera suscrito a la era numérica y la práctica de la imagen digital, en caso de considerarla positiva para el avance fotográfico, hubiera sido una contribución mayor… y desconocida.

Wifredo García presente siempre y excepcional

Wifredo García, inmenso creador y docente, partió a la eternidad, joven todavía, dueño de una labor incomparable en la República Dominicana y más allá del país. ¡Cuánto más, en arte, excelencia, ejemplo y educación él hubiera aportado, si la parca cruel no se lo hubiera llevado tan pronto!

Wifredo García ha sido un artista fundamental en la historia de la fotografía nacional. Hoy es todavía nuestro fotógrafo mayor, el maestro–término poco empleado en la escritura de la luz-, incomparable, aparentemente insustituible, en su producción iconográfica, en sus enseñanzas, en sus textos de un rigor y una riqueza impresionantes. En el ejercicio de su talento, percepción de la imagen y manejo de la cámara, Wifredo García fue pues un fotógrafo absoluto, impulsado irresistiblemente por esa “necesidad interior” que, según Kandinsky, motivaba al verdadero artista.

Aparte de la visión exterior, fijada en los enfoques, encontramos pues en su fotografía una visión interior del hombre, de las cosas, de la naturaleza, que correspondía a un sentir agudo. Más allá de la observación de ángulos, formas y volúmenes, de la captación de un sujeto o escenario, hay la percepción de una atmósfera, de una poesía, de un drama, de un símbolo.

Asistimos a la exploración sentimental de la realidad, a menudo a la interrelación con estados anímicos. Así, Wifredo García desconocía la indiferencia y la frialdad: las sustituía por una evidente compenetración.

Su fotografía palpaba, comprendía, retransmitía la realidad sicológica y social dominicana. El retrato se transcendía en una transcripción conceptual de la persona, la cual reflejaba no solo al individuo sino a la colectividad, conjugando atmósfera, originalidad y estética, con una ciencia y consciencia omnipresente de lo dominicano y de los dominicanos…..

Esto nos maravilla en un hombre, nacido en Barcelona, de madre catalana y de padre valenciano, ¿Qué llegó aquí a los 11 años? Estudió el doctorado en química en Santo Domingo, con un postgrado en los Estados Unidos y allí también se inició realmente en la fotografía. Se casó con una dominicana, tuvo hijos dominicanos, vivió entre Santiago y Santo Domingo.

Su destino estaba trazado: él se dedicaría a retratar la dominicanidad a manera de una entrega apasionada, casi mística, repartiendo sus energías entre el campo, las clases y el laboratorio.

Wifredo García, histórico y contemporáneo

Creemos que una manifestación sin pares en las artes visuales dominicanas, y relacionada con lo que acabamos de afirmar, fue la interpretación fotográfica de la historia de la República Dominicana por Wifredo García, y que él tituló Nosotros…

No existe más sublime acto de fe. Esta colección cimera de más de 100 fotografías, que data del 1980, ha sido montada especialmente en la retrospectiva del Centro León, permitiendo al espectador participar física e intelectualmente, con las imágenes al derecho y al anverso, incluyendo anotaciones y textos manuscritos de Wifredo García…

Narrando el transcurrir de una nación y de un pueblo. Wifredo García ha sido un creador de extraordinaria contemporaneidad, privilegiando la imagen, o sea un libro de historia en fotografías, un ejemplo nunca repetido hasta hoy en día.

A través de las distintas etapas de su carrera, artista contemporáneo, no ha temido revelar las verdades de la vida y la tierra –así en la serie de la frontera-, no ha temido molestar, poniendo en escena el rostro y el cuerpo humanos, sus vicisitudes, sus sufrimientos y también sus glorias.

De muy lejos, sus fotografías han sobrepasado el ideal acostumbrado de belleza. Dijo el propio Wifredo meditando sobre el tema: “Es reconocer que lo feo y lo monstruoso son parte de uno mismo. Para muchos es sencillamente intolerable”.

Simultáneamente, él era un maestro de la estética y de la habilidad técnica, de la relación de líneas y tensiones, de la nitidez y el encuadre, dentro de sus enfoques impactantes y sus efectos ópticos. Los valores formales, incluyendo el color, fueron infinitos en ese poemario visual, en esa sucesión de odas a la vida y al ser dominicano- A menudo alegorías a la segunda mirada- una foto de Wifredo García debe mirarse una y otra vez, no olvidemos que el polivalente Wifredo García era un escritor y un poeta,

El asunto es que Wifredo García se implicó totalmente en la fotografía y que nunca ha dejado a nadie indiferente en sus “Peculiares obsesiones”, título de aquella magnífica exposición en el Centro León que es por cierto el depositario de toda su producción

Coda

Más vigentes que nunca son sus enseñanzas y su legado a la fotografía, a los fotógrafos dominicanos. Lo afirmamos: Wifredo García es único y irrepetible.