Desde su adolescencia dio demostraciones de arrojo al combatir la dictadura de Trujillo. Su liderazgo se puso de manifiesto cuando la juventud de su pueblo natal, Moca, le siguió en apoyo a esa causa.
Fue defensor de la democracia y nunca abandonó su espíritu revolucionario que evidenció principalmente cuando, armado de fusil, defendió el retorno a la constitucionalidad interrumpida con la destitución del presidente Juan Bosch en 1963.
Era un eficaz concertador. Logró reconciliar a José Francisco Peña Gómez y a Jacobo Majluta, enemistados por asuntos políticos.
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“Peña lo trató y conoció rápidamente sus capacidades. Se produjo gran empatía. Cuando vino la división entre Jacobo y el PRD, Winston nunca dejó de ser peñagomista y no se inscribió en el PRI (Partido Revolucionario Independiente), pero Jacobo fue el candidato presidencial y estuvimos con él. Yo era representante de Peña y Stormy Reynoso de Jacobo cuando se produjo la unidad”.
Quien mejor conoció a Juan Winston Arnaud Guzmán en asuntos políticos y humanos es probablemente Rafa Gamundi Cordero. Ofreció relatos sobre la vida de este luchador, perseguido con tenacidad durante los 12 Años de Joaquín Balaguer. Se exilió en Nueva York y allí continuó en su lucha por justicia social.
Eran entrañables. Fueron compadres varias veces, padrinos de hijos de uno y otro. Esa relación la han continuado Rafa y su esposa Bélgica con su viuda y con la descendencia de Arnaud. Gamundi exhibe afiches de ese inolvidable compañero que a partir de 1961 siguió sus orientaciones, siendo este jefe de las actividades del PRD en el Cibao.
“Siempre inquieto”. “Lo busqué porque lo conocía, siempre fue inquieto”.
Rafa era líder del Ejército de Liberación Dominicana. Dirigía la columna que se encargaría de liquidar a Trujillo. Ajusticiado el sátrapa por otros valientes, comenzaron la campaña electoral con Bosch como candidato a la presidencia y celebraron la Primera Convención del PRD.
Ahí Winston “se distinguió, se dio a conocer, la gente comenzó a quererlo, se hizo familiar en los hogares”. Pero apenas seis meses después del ascenso de Bosch se produjo el Golpe de Estado y con este “la persecución contra nosotros. Winston tuvo que mudarse a la capital. Nos juntamos él, Stormy Reynoso, César Roque, Julio Colón, José Rafael Molina Ureña, Peña Gómez y yo, y nos reuníamos en las casas de Amnery de Estévez y Zaida Ginebra de Lovatón”.
“Winston no conoció el miedo. Participó en la organización de la histórica huelga de choferes”. Meses después estalló la “Guerra de Abril” y Arnaud era jefe de los comandos de Moca y pueblos aledaños.
“Cuando el bombardeo del 15 y el 16 de julio, Luis Amiama llamaba a Peña desde la calle Pasteur, queriendo salvarlo”, pero Winston lo impidió, consciente del peligro que representaba. Peña confesaba su confianza en Arnaud.
Honesto
Refiere Gamundi que, concluida la conflagración, Héctor García Godoy, presidente provisional, delegó en Winston la administración de la finca de Mamón Henríquez, opositor a Trujillo, cuyas tierras había usufructuado, y el Estado las recuperó. Arnaud ordenó construir allí casas para los pobres. “El anterior administrador, puertorriqueño, exclamaba: “El único hombre honrado que ha venido a trabajar es Winston”, recuerda Gamundi.
Salvador Jorge Blanco, agrega, quiso designarlo Secretario de Estado sin Cartera y enlace entre el PRD y el gobierno, pero al producirse las elecciones para el candidato a síndico, Winston, Rafael Ángeles Suárez y Tonty Rutinel aspiraban el cargo. “Eso dividió el partido. A los tres los seguía mucha gente”.
Consciente de “la debilidad en que iba cayendo la organización, Peña se proclamó candidato, con Winston como vicealcalde. Y ganaron”.
Arnaud, agrónomo, licenciado en Derecho, fue diputado al Congreso Nacional, posición que apenas desempeñó. “Murió el mismo año en que fue electo por el pueblo”, 1998.
“Fue uno de los hombres más valientes que he conocido, de una lealtad inquebrantable a Peña Gómez y al PRD, con capacidad extraordinaria para amar y hacerse amar. Amaba al pueblo dominicano, a sus compañeros, y ellos a él”.
“Cuando Bosch me expulsó del Partido, su casa fue mi oficina. Siendo funcionario no fue engreído, era abierto a las ideas. En su hogar siempre había un plato de comida dispuesto para el que llegara”, narra Gamundi.
La calle
Fue solicitada al Congreso Nacional el 12 de abril de 2004 por Gamundi Cordero, respaldado por la viuda de Arnaud, Guadalupe Bisonó, quien sustituyó a su esposo, y por otros prominentes legisladores perredeístas. Es la antigua calle Cotubanamá de El Millón.