España.- El director de cine Woody Allen inicia en San Sebastián el rodaje de su última película, convencido de que, por encima de su edad y de campañas en su contra, seguirá trabajando hasta el final de sus días.
“Probablemente me muera en medio del montaje de una película o en un plató, rodando”, ha afirmado en Donostia. Allen ha presentado en una rueda de prensa su nuevo proyecto, acompañado por el fundador de Mediapro Studio, Jaume Roures, y de parte del elenco con el que filmará desde mañana su nueva película, las actrices Elena Anaya y Gina Gershon, y los actores Sergi López y Wally Shawn.
Fiel a su leyenda, Allen ha llegado a la sesión fotográfica previa con pasos cortos e indecisos, un jersey de lana gris y su característico gorro de lluvia, que no se ha quitado ante los reporteros gráficos, esforzándose por levantar la vista del suelo, mientras le flanqueaban, con la más amplia de sus sonrisas, el acalde de San Sebastián, Eneko Goia, y el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano.
Ya sin el gorro, Allen se ha mostrado distendido y no ha rehusado ninguna de las cuestiones que le persiguen desde que las denuncias por abuso sexual de su hija adoptiva, Dylan Farrow, le hayan acarreado un vacío en su país, donde no ha podido estrenar su anterior trabajo “A Rainy Day New York”, que, sin embargo, sí llegará a las salas en Europa. Todo este ambiente y su edad, 83 años, no le han hecho plantearse la retirada.
“Nunca pienso en jubilarme, nunca, no es algo que se me haya ocurrido”, ha explicado el realizador neoyorquino, quien ha añadido que trabaja “siete días a la semana».
“No pienso en detenerme, no pienso en movimientos políticos, sociales, no estoy equipado mentalmente para tener una visión profunda de esos conflictos, yo trato de relaciones humanas, de la gente, de la comedia”, ha sostenido. Por este motivo, ha augurado que “probablemente” morirá “en medio del montaje de una película” o “en un plató, rodando».
Woody Allen ha encontrado en San Sebastián (noreste de España) un lugar en el que poder trabajar con comodidad, ya que, como ha confesado en múltiples ocasiones, no lleva bien ausentarse de Nueva York.
“Tuve que pensar en algún lugar en el que podía estar bien y cómodo durante el verano, recordé haber estado aquí un par de veces o tres en el festival y recuerdo la hermosísima ciudad y ese encanto especial”, ha confesado.
A partir de ahí, escribió una historia ambientada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián -que le agasajó con el Premio Donostia en 2004-, y que Allen convertirá en el escenario de una comedia romántica de la que se ha resistido a avanzar detalles.