Marien Aristy Capitán 
Emocionados, mañana la mayoría de nosotros acudiremos a una de las citas más dulces y chulas del año: la de Nochebuena, esa de los abrazos, estar en familia y disfrutarnos. También, sin embargo, es la de envolverse en la chercha, beber, bailar y, por supuesto, olvidarnos del estrés.
Es tanto lo que disfrutaremos que, probablemente, olvidemos lo más elemental en estos covidianos días que nos envuelven desde casi dos años: el cuidado, las mascarillas, los geles… un protocolo necio pero muy necesario para evitar un repunte igual al que han vivido allende los mares.
Los dominicanos tenemos la dicha de que en estos momentos la ola se ha diluido. Eso no quiere decir que tentemos a la suerte: de desmadrarnos en esto días iremos hacia atrás y regresarán el miedo, las dudas y esa sensación de que nos podemos perder ante cualquier descuido.
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Conscientes de lo que debemos hacer, vamos a portarnos bien porque el mejor regalo de Navidad para los nuestros es estar sanos. ¿Qué otro presente valorará más tu familia que verte recibir un 2022 que, a pesar de la pandemia, podría ser fabuloso?
La covid-19 es como una ruleta rusa: puedes contagiarte y no darte ni cuenta o tener cualquier complicación por alguna condición que desconozcas, pero esté latente en tu cuerpo. ¿Crees que vale la pena jugarse la vida de esa manera?
Ante las dudas, manda la prudencia. Cuerpos vemos y realidades no sabemos. Muchos pacientes han descubierto vulnerabilidades que jamás sospecharon. Otros lidian con secuelas y algunos, aunque los menos, se quedaron en el camino. Ninguna de estas opciones es linda. ¡Es mejor cuidarse, divertirse menos y tener la seguridad de que mañana volveremos a abrazarnos! ¡Feliz Navidad!
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