Y si Cristo regresara hoy… ¿Qué sería?

Y si Cristo regresara hoy… ¿Qué sería?

Manauri Jorge

El regreso del rey de reyes es la piedra angular de la fe occidental. Jesucristo pisando nueva vez la tierra es el anhelo de los creyentes y su regreso se ha anunciado desde que se fue. Todas las nomenclaturas del cristianismo se preparan para ese momento cumbre en la humanidad, pero pocas personas se han preguntado: Y si Cristo regresara hoy… ¿Qué sería?

Lo primero que debe decidir es si será hombre o mujer. Aunque la historia bíblica da cuenta de un hombre, quizás esta vez quiera verse como ellas por aquello de la opresión contra la mujer y la revolución actual que protagonizan. Antes tiene que saber que ninguna religión en el planeta tiene a una fémina como divinidad, la más cerca es María entre los católicos y ni tanto. Si es judía o islamita la cosa se le pone peor, por lo que creo se quedará siendo hombre, o quién sabe.

Lo siguiente es la nacionalidad. No puede ser norteamericano porque si ya todos los superhéroes son de allá, Dios no puede ser tan injusto de darle pasaporte azul. Tampoco puede ser asiático porque lo verían como una copia de la copia. Si fuera dominicano solo le entenderían en el patio por las jergas locales. Si decide ser latino se pasaría todo el día victimizándose por el abuso de los poderosos. Africano es una opción, pero no le harían caso por su color de piel. ¿Europeo? No creo quiera vivir del sudor ajeno.

Ahora le toca la religión a promover. Si opta por la evangélica debe quitarse el look descuidado, pulir su oratoria agresiva, tener una hermana en la mira y, sobre todo, asegurarse de flojar el diezmo de lo que se gane por views. Quizás ser católico le convenga porque no tendría que compartir su moña, pero lo mantendrían lejos de los niños y tendrá que pelear los likes con los 7 mil santos oficiales. Si se va por el adventismo no puede hacer milagros los sábados ni tomar café; ¿Testigo? Prohibida la transfusión de sangre si lo crucifican, mucho menos tatuajes ni piercing.

Supongamos que ya resolvió lo anterior y ahora decidirá cómo predicar la palabra. La opción más tradicional sería andar de calle en calle hablando de lo que hará, pero ya eso lo hacen los politiqueros y nadie les cree. Si se va a una esquina lo atracan en el nombre de su padre. Si decide hacerlo por las redes tendrá que inventarse cuentos de las bendecidas para sonar o darle una galleta a un famoso y aparecer al otro día en todos los programas nativos. ¿Twitter? Tiene que ser hater. ¿Instagram? Poner al paraíso de location. ¿Facebook? Inventarse cualquier noticia con título sensacionalista y tagear a los apóstoles. ¿Tinder? No, ya eso es del diablo.

¿Y si optara por ser cantante? Sería buena opción por aquello de que la música es universal, pero tendría que ver muy bien el ritmo que escoge. Si es urbano se llamaría “J Chris el hijo del balbú”, usaría un crucifijo con luces led, una pinta de frío en verano, tenis de muchos colores y un tabaco de marihuana para prender la pámpara. Si se va por el merengue tendrá que armar un bochinche para sonar, si es salsero fusilará alguna prédica ajena y si camina con la bachata el amargue no lo dejará anunciar la buena nueva. ¿Rock? Si con la balada no lo logra, imagina gritando en tono grave.

Mejor que opte por ser un profesional respetado. Entre las opciones está el maestro, pero no le iría bien porque Jesús habla en parábolas y los docentes no se entienden ni ellos; quizás médico, pero andaría de huelga en huelga esperando que el Estado le aumente lo que en la clínica no llega ni a la mitad. ¿Policía? La idea es que ayude, no que quite. ¿Periodista? Menos, se ahogaría en su propio pesimismo. ¿Legislador? Una chulería, sin embargo, no hace capú. ¿Psicólogo? Para loco entre Freud y sus complejos.

Lo cierto es que Jesús la tendría difícil si regresa porque con lo humilde que se dice fue, de seguro viene trotando por la calle, o en el niño que pide un pedazo de pan, o en el bastón del ciego que no ayudaste, tal vez en el anciano abandonado, en la mujer maltratada o el joven desempleado. Dicen que podría llegar de chiripero, empleado o negociante, pero son solo especulaciones.

Cristo puede elegir la forma que quiera para estar entre nosotros otra vez, pero la pregunta de la salvación es… ¿Creerías que es el mesías solo porque lo diga? Seguro pedirías una prueba para creer y hasta ese punto no llega la fe. De hecho, Jesús está en cada persona a la que puedes brindar una mano y no lo identificas. Cristo no vendrá porque nunca se fue, está en nuestros corazones esperando que le dejemos salir con el amor real a nosotros y al prójimo.