¡Y todavía dicen que somos iguales y que no hay machismo!

¡Y todavía dicen que somos iguales y que no hay machismo!

Abril Peña

A tan sólo unos días del día internacional de la mujer, el latinobarómetro arrojó unas cifras que nos deberían causar espanto y que pocos le han puesto atención, pero que explican de manera descarnada los feminicidios, la desintegración familiar y el resto de males que aqueja a la mitad de los ciudadanos de República Dominicana: las mujeres, aunque nos empeñemos en negarlo. 


Que el 69% de la población crea que las mujeres debemos de pedir «permiso» para salir, ver a nuestros familiares, amigos etc., es por decir lo menos: degradante, claro está, explica el porque de el sentido de propiedad que sienten los machos y esa especie de tutelaje a las que muchas se someten por las buenas o por las malas, en resumen, son una cosa, una hija (y a veces ni eso), una mascota,  un ciudadano de 2da que aunque la ley no dice que siguen supeditadas a los caprichos de su pareja, en la práctica, como nos deja entrever la aterradora cifra, no es así y lo que es peor muchas féminas en una muestra de ignorancia, de falta de amor propio, de pensamiento crítico, miedo o de pura y simple necesidad se prestan para eso e incluso juzgan a otras por querer una suerte distinta, preguntémonos cuantos hombres piden permiso para hacer cualquier cosa, y cuando tengamos el número, si llega a 69% sabremos que somos iguales.


La siguiente cifra que me dejó patidifusa, tal vez por el hecho de que las redes  han creado la percepción de que las cosas habían mejorado,  es que el 53% de la población cree que la violencia en el hogar es algo íntimo y familiar, algo entre la pareja, estamos hablando que hasta que la cosa no llega a mayores nadie se mete, opina o denuncia, al parecer piensan como la Ministra de Malasia que se ha vuelto tendencia en estos días por aconsejar a los hombres que golpeen «suavemente» a sus esposas para «corregirlas», me quedó claro entonces, porque las cifras de muerte siguen iguales, que en un país más de la mitad piense así, es para que las cosas continúen por el mismo derrotero, así no hay forma que una víctima se aníme a salir del circulo de la violencia.


La última pero no menos importante aunque para esa no se necesita encuesta alguna, es el hecho de que el 40% de los hogares son monoparentales, sólo está mamá para sostener y guiar en esos hogares y aunque no lo dice, no hay que ser brujos para saber que un país que está en los primeros lugares de embarazo adolescente, mucho de ese 40% tiene a niñas, adolescentes y jovencitas como cabeza de hogar, que aún teniendo un inicio sexual temprano, apenas saben bañarse y ni eso, ese número explica mucho de lo que pasa en nuestra sociedad y peor aún las de ese grupo que quieren echar para alante, se encuentran firmemente ancladas en ese suelo lodozo que les hace sumamente difícil competir con sus iguales o contra los hombres, dejémonos de vainas, cuando se es padre y madre, las jornadas no son dobles, son triples y cuidado.


Otra cifra y aquí me afecta directamente cómo política que soy, es saber que en RD apenas hay un 20% de participación en el gabinete ministerial, una de las más bajas de la región y todos sabemos que falta de preparación  no es, puesto que llenamos las aulas y me consta que el PRM está lleno de mujeres valiosas (aunque con el PLD no fue muy diferente tampoco) la mayoría de los partidos de hecho lo están, pero pocas acceden a los organismos donde se toman las decisiones y para colmo no necesariamente las que llegan son sororas, y en los puestos electivos no es mucho mejor: 12.50% de los senadores, 24.72% de los diputados, el 12.03% de las alcaldías pero como el florero que somos ocupamos el abrumador 87.26 % de las vicealcaldías un puesto accesorio que una vez más depende para funcionar de la «buena voluntad» del alcalde y finalmente sólo un 9.36% de las direcciones en los Distritos Municipales, curiosas cifras en un país de mayoría mujeres, donde están sumamente preparadas y trabajan en sus partidos cómo el que más, pero esto, como vemos,  no se refleja donde debe, con más mujeres en las mesas donde se toman decisiones. 


Entonces, ¿a la luz de los datos duros y fríos, podemos decir que somos iguales en la práctica y que mujeres y hombres no somos machistas?