Y todo está peor

Y todo está peor

A propósito de las inundaciones

Segunda mitad de la década de 1960. Jóvenes profesionales preocupados por la falta de soluciones a graves y acuciantes problemas nacionales formaron una tertulia semanal multidisciplinaria para analizar, estudiar y sugerir fórmulas de solución. El líder era el ingeniero Frank Piñeyro, participábamos Alfonso (Fonchy) Lockward, Federico (Fitolo) Lalane Josê, Luis Schecker Ortiz, Julio Suero Marranzini, Eladio (Lalito) Sánchez Coste, Plinio Pina, otros, cuyos nombres se me resisten, y yo.

Había varios funcionarios del gobierno, pero ello no fue óbice para que un subsecretario de Agricultura informara al gobierno de Balaguer que las reuniones encubrían una célula conspirativa. No hubo allanamientos, detenciones, aspavientos, la información llegó a su destino y provocó la muerte de ese espacio de discusión, análisis y propuestas.

Bastó que Francisco Dorta Duque hiciera llegar su versión para que el grupo se desvertebrara. Era un exiliado cubano quien llego vestido de sacerdote. Ahorcó los hábitos. Se fue a trabajar con el gobierno y se sabe de esta hazaña, pero se desconoce si fue la única y si otros chivatazos produjeron daños a los injustamente denunciados.

El arquitecto Leopoldo Espaillat Nanita gran preocupado por el desarrollo urbano hizo lo indecible para que se creara un plan de ordenamiento del uso de la tierra en el municipio de Santo Domingo, que hoy llaman el Gran Santo Domingo.

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Después, el arquitecto Luis Eduardo Delgado anduvo la ceca y la meca con gruesos volúmenes que contenían el plan de alcantarillado para la disposición de aguas pluviales y cloacales.

Todos esos esfuerzos fueron importantes, pero no convencieron a los gobernantes municipales ni nacionales, de la necesidad de la construcción de los sistemas de alcantarillado.

De lo que si se ocuparon los gobernantes, de la década de 1970 en adelante, fue de la construcción de obras para romperle los ojos a los votantes, grandes avenidas sin adecuados sistemas de disposición de las aguas lluvias, por ejemplo.

La fiesta sigue: la construcción de miles de apartamentos concentrados en el cuadrante Máximo Gómez, Kennedy, Mirador del Sur y Ave. Luperón, constituyen un nudo que dificulta, el tránsito, el tráfico, la distribución de alimentos, la actividad de los bomberos, la Policía, los servicios de emergencia. Y se permite que continúe la concentración.

Las decisiones que se tienen que adoptar para encarar esos problemas comienzan por alto tan sencillo como que las calles y avenidas tengan la curvatura que permita correr las aguas hacia la boca de la cloaca, que haya cloacas, que se les de mantenimiento y que se castigue a quien deposite basuras fuera de lugares bien señalados.