El consultor hídrico Gilberto Reynoso afirmó que la cuenca del Yaque del Norte, la más importante del país, tiene altos niveles de contaminación, tanto para uso humano como para riego.
Dijo que los principales contaminantes del río son las aguas negras o residuales y la agricultura, con el uso de los pesticidas. Explicó que la situación de los cuerpos de agua superficiales, subterráneos y los litorales están muy contaminados, y ha llevado a la degradación de la calidad.
Precisó que la cuenca del Yaque Norte, la principal del país debido a que es la que tiene mayor cantidad de agua regulada por presas (Tavera, Bao, Monción, Chacuey, Maguaca y Chacuey), el desarrollo agrícola y la cantidad de gente que está establecida en esa cuenca. De ahí su mayor importancia.
Reynoso señaló que “tenemos en esa cuenca unos niveles de contaminación que sobrepasan los límites establecidos, tanto para consumo humano como agrícola”. Detalló que desde la parte alta, los ríos de esa cuenca son Yaque del Norte, Bao, Mao y Amina, como afluentes, y Guayubín, Maguaca y Chacuey descargan en el Yaque del Norte.
Expresó que en todos los casos, sin ningún tipo de excepción, las aguas presentan contaminación por encima de los límites establecidos. Los elementos principales que contaminan: las descargas de las aguas negras y los pesticidas de la agricultura.
Recordó que en las cuencas a penas hay alcantarillados y plantas de tratamiento que tratan esas aguas residuales de manera no completa. Solo hay una planta de tratamiento en Santiago que trata más o menos el 14% de la totalidad de esas aguas.
Indicó que en Montecristi hay una planta de tratamiento de reciente construcción, pero en las demás ciudades de la cuenca del Yaque del Norte no hay alcantarillado sanitario ni plantas de tratamiento, “estamos hablando de ciudades importantes como Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón y de más del 60% de Santiago que descarga sus aguas negras en el río Yaque del Norte”.
Expresó que “esas aguas negras llevan la bacteria Cheri Chacoli que todos la tenemos en el organismo, pero está acorralada allí. Cuando las heces fecales van a los ríos con las aguas negras las contaminan y esa bacteria se multiplica y es capaz de afectar la salud humana. En todos los casos, los niveles de esa bacteria está por encima de los límites establecidos. Hay normas para el uso de este tipo de agua, pero no las aplicamos para evitar la contaminación de estos cuerpos de agua”.
Dijo que “es sorprendente los resultados de análisis que hemos realizado”. Citó el caso de la confluencia del río Jimenoa con el Yaque del Norte en el que hay un balneario muy popular, en Jarabacoa, que los fines de semanas está lleno de gente.
“Sin embargo, la contaminación del agua en ese balneario está en unos límites que no es posible que la gente se esté bañando en ella porque va a experimentar en algún momento alguna enfermedad de las que transmite esa agua, como hepatitis, sarampión, problemas estomacales (vómitos, diarrea, erupciones en la piel). Lo mismo pasa en el Yaque del Norte, que está muy contaminado, sobre todo por aguas residuales”.
Reynoso señaló que el río Yaque del Norte, desde Santiago hasta Montecristi, es un área dedicada a una intensiva agricultura, muy elevada, como la producción de arroz y banano para exportación y otros cultivos. En la parte alta, desde Manabao hasta Jarabacoa y del otro lado, en la subcuenca del Jimenoa, hay mucha actividad agrícola de cultivos hortícolas, como invernaderos en la Ciénaga y Manabao, que aplican grandes cantidad de pesticida.
Además, “al cultivo de arroz se le aplican dosis muy elevadas de nitrógeno que en su estado natural es inocuo, no le hace daños a la salud, pero cuando se aplica al suelo, se transforma en nitrato, que es sumamente peligroso para la salud. Un niño que se ponga en contacto con agua con alto contenido de nitrato puede sufrir una disminución en el desarrollo cerebral de hasta un 40%”.
Reynoso llamó la atención de las instituciones que deben aplicar las reglas para evitar y corregir la contaminación de los cuerpos de agua del país, como el Indrhi, las corporaciones de los acueductos, los ayuntamientos, juntas de regantes y los ministerios de Medio Ambiente, Agricultura y Salud Pública.