Juan Carlos Mejía Aquino 
En la gestión de Jean Alain Rodríguez al frente de la Procuraduría General de la República, se habría utilizado el mismo lugar donde las autoridades incineran las drogas incautadas, para presuntamente quemar documentos que hoy servirían en el proceso de investigación en el caso conocido como Operación Medusa.
Las declaraciones son de la directora de Persecución, Yeni Berenice Reynoso, quien explicó que existen evidencias de los hechos antes mencionados y así se planteó este martes ante la Corte de Apelación del Distrito Nacional, en la audiencia en la que se le ratificó la medida de coerción al exprocurador Rodríguez y el técnico informático Javier Alejandro Forteza Ibarra.
Al ofrecer su opinión sobre la decisión adoptada por la Corte en contra de los imputados, Reynoso dijo que todo se trató de la comprensión de las juezas de la Corte a la posición del Ministerio Público en relación a la existencia de los riesgos procesales que habían planteado.
Insistió en que en el caso Medusa, que vincula a los imputados a una supuesta trama de corrupción, las pruebas recolectadas posterior a la medida de coerción impuesta a los imputados encabezados por el exfuncionario, casi duplican la cantidad en cuanto a delitos de sobornos y otros que calificó de graves.
Jueza lo bendice. En tanto que Carlos Balcácer, de la barra de la defensa de Rodríguez, denunció que pese a que la Corte reconoció en audiencia la conculcación de los derechos del exprocurador Rodríguez, «lo que hace es que lo bendice manteniéndolo en prisión preventiva.
Sostuvo en lugar de la decisión de mantenerlo en prisión preventiva, el tribunal debió aplicarle «el remedio de esa conculcación» por el «atropello del que fue objeto Rodríguez al impedírsele ejercer su derecho a defenderse durante la audiencia de medida de coerción».
«Este pleito continúa y vamos para la Suprema Corte de Justicia, porque no hay conexión entre la motivación y el dispositivo de prisión», advirtió Balcáncer tras señalar que en el caso de su cliente no se trata de un «no debiste hacerlo», sino de tratar de enmendar y redimir a la víctima.
