¡Es momento de emprender un ca- mino común para el bien general!
En un ambiente rodeado de personas que luchan por colocarse una mascarilla de forma correcta, nuestro amigo Píndaro ha tomado la decisión de salir a la calle sosteniendo en sus manos un guía que ha cogido prestado en el taller de Junquito –un vecino que ‘se labusca con el cuchillo en la boca’ cada día-…
En su caminar, los vecinos lo han visto salir con un fuerte sonido de arranque, frente en alto, con pisadas espaciadas mientras sostiene el guía en movimiento circular hacia ambos lados contrarios a sus movimientos de piernas… “¡Píndarooo!… ¡Píndaroooo!” –se escucha la voz de una persona que parece correr para intentar alcanzarle-… Es Herminio, que hace el esfuerzo de acompañarle y… ¡justo y lo logra!
Píndaro está intentando mostrar a todos cómo se guía… cómo se logra que se llegue mejor a una meta que te has propuesto, aunque no lo hayas planificado bien… Hace un esfuerzo porque tengamos la capacidad de percibir cómo hacer algo para dirigirnos a un lugar físico específico, o a un sentimiento que hemos venido persiguiendo por largo tiempo y, no menos importante, qué hacer una vez hayamos conseguido lo querido…
“¿Por qué le haces señas a todo el que te ve?” –le cuestiona Herminio a Píndaro, mientras ya va acompañándole en su ruta hacia sus sueños-… “Es que en este proceso de intentar ‘guiar’, tengo que esforzarme en dedicar todas las atenciones posibles a lo que puedan estar pensando quienes asumen la responsabilidad de preocuparse por los demás… Tengo que buscar la mejor forma posible de ayudar a cultivar una cultura que pueda ser emulada y seguida…” –le refiere Píndaro, mientras continúa girando hacia ambos lados su guía, cuyo eje es simplemente su mirada hacia delante-.
El público que los ve pasar haciendo las veces de un chofer y su pasajero, celebra la iniciativa y, como por coincidencia, Junquito –que estaba regresando a su taller desde donde ha salido Píndaro con su guía-, salta emocionado con sus pies al borde de la calzada, mientras no puede contenerse y exclama: “¡¡¡Biennnn!!!.. ¡¡¡Los felicito por su ruta mientras nos muestran lo valioso que es asumir con toda responsabilidad una posición pública!!!”…
Mientras Píndaro y Herminio siguen cruzando callejones y enfrentando el tránsito de grandes avenidas, hacen un esfuerzo por evadir algunos hoyos que parece les salen al frente mientras van con segura celeridad, cuando en realidad lo que les están haciendo es mostrarles que deben mantener constancia y entereza para ni ellos ni nosotros, al emprender una ruta, nos perdamos…
“¡Cuidado, Píndaro!” –grita Herminio, mientras señala un semáforo en verde pero que por la vía contraria parecen cruzar objetos y personas que pueden ocasionarles un momento accidental… “No te preocupes–exclama Píndaro-, recuerda que al tomar el timón me aseguré de poder tener acceso permanente y actualizado siempre que se me fuese a presentar una situación en la ruta por la vía de vida…
Es bueno que los que me ven, comprendan que el fin determinado que me he propuesto está basado en la consulta permanente que he hecho a través de dirigir mi vista al pasado… Esto nos permite comprender más mi presente…”.
En su esfuerzo por continuar manejando, Píndaro aprieta ahora más fuerte su guía al tiempo de girarlo continuamente… Ambos han entrado en una calle que se está inclinando frente a ellos y sus pasos se están inclinando también, condicionando fuertemente el ritmo que habían llevado hasta ahora… “No te preocupes Píndaro –le grita Herminio mientras se esfuerza por no perder el paso-, debemos seguir intentando enderezarnos en medio de este entuerto que nos reta… ¡Mira cómo nos miran los demás!”
–exclama Herminio-, mientras Píndaro aún con su vista al frente mientras guía, le grita: “Nuestra ruta debe crear una corriente de opinión que solidifique el hecho de estamos ‘guiando’ hacia el futuro, y que el timón que sostengo es garantía de que sé hacer lo que hago!” –expresa Píndaro en voz alta y convincente-.
Es impresionante ver cómo la gente ha venido observando a Herminio y a su alter ego Píndaro, en cada paso de su ruta… Parece que ciertamente están creando una corriente de opinión más sostenible y veraz…
Las expresiones no se hacen esperar y algunas de las conversaciones rondan por estos términos: ‘Los veo guiando este carro imaginario y me parece un sueño, aunque estemos parados sobre una innegable realidad… Debemos abanderarnos a una creencia de conciencia, acorde a principios y valores que trasciendan’… ‘Hay que dirigir todos nuestros esfuerzos hacia un fin que nos hagan sentir orgullosos de nuestros resultados’…
‘Nos están dando la oportunidad de vernos como un equipo que es responsable, así podremos garantizar que quien nos guía pone todo su empeño a pesar de lo escabroso de las rutas que tenga que tomar’.
“¡Es momento de emprender un camino común para el bien general! –expresa Píndaro-… Ya no es común ver antenas personales o particulares… ahora nos movemos gracias al Internet… Esto nos está haciendo olvidar que yo guío, tú guías, y él guía… y, nos obliga a replantearnos el –en muchos casos- actuar como autómatas, sin serlo”.