Aunque la talentosa actriz Zoe Saldaña es una de las referencias más autorizadas en la actuación cinematográfica mundial, para nadie es un secreto que la intérprete de origen dominicano, quien ha participado en tres de las últimas películas más taquilleras de la industria del cine, es de las pocas figuras que estando en la cima de la popularidad tiene los pies muy firmes en la tierra.
Ni los vuelos privados ni los viajes, ni las numerosas entrevistas ni los costosos trajes que utiliza cada vez que promociona un nuevo filme a cientos de kilómetros lejos de su hogar les llenan los ojos a Saldaña, quien ha tenido el privilegio de participar en icónicas cintas como “Avatar” y “Avengers”.
Por lo que ayer, en una conferencia que la actriz sostuvo con la prensa dominicana vía Zoom, la también bailarina, movida por la crisis que ha generado el COVID-19 a nivel mundial, conversó sobre las pérdidas a nivel global que tendrá el cine, las lecciones que le ha dado esta situación y el apartado de la humildad con la que ha manejado su carrera tampoco podía faltar.
Saldaña, quien dice no sentirse cómoda cuando ella y su familia son el centro de atención, le interesa más ser recordada como una persona que hace arte, no necesariamente como una celebridad. Cuando la presión y la sobreexposición por el trabajo se hacen presente en su vida, ella confiesa sentirse “como en un mundo surreal, como que yo no pertenezco a ese mundo”.
“La palabra fama es que todavía no entiendo lo que significa. Yo veo el arte, porque me considero una artista, la fama no existe. Lo que existe es la pasión con la que me despierto todos los días al formar parte en el relato de una historia, que el impacto le cambie la vida a una persona y hasta ahí llega mi relación con el cine”, reconoció la artista, quien al pisar la puerta de su casa se pone el traje de madre, hija, esposa y hermana para responder a las necesidades básicas de su familia.
Saldaña, quien, además del reconocimiento mundial, ha conquistado fortuna económica gracias a su trabajo, y ahora mismo está confinada junto a su familia en la ciudad de Los Ángeles, se ha sentido intranquila durante estos días y ha estado pensando de cuál manera puede ir haciendo pequeños cambios en su vida.
¿Qué le angustia? “Financieramente estamos en una condición donde yo no tengo que preocuparme para ir a trabajar por un tiempo, ya tenemos con mi contable ese tiempo detallado, pero para muchos trabajadores del cine, que dependen de película a película o episodio tras episodio, el que ellos no sepan cómo van a pagar sus rentas, la escuela de sus niños, eso me preocupa y me está agobiando demasiado”, confesó.
Su preocupación respecto a la incertidumbre y al pánico colectivo le ha tocado por partida doble y de una manera muy profunda, no solo porque reside en los Estados Unidos, el primer país que mayor infectados de coronavirus tiene en la actualidad, también porque su esposo Marco Perego es italiano, uno de los países europeo que más fuerte le ha pegado la crisis sanitaria.
A raíz de los daños que ya el COVID-19 había causado en Italia, la pareja, asustada, sacó a sus hijos de la escuela, antes de que en Los Ángeles de California se hablara de confinamiento.
La pareja también motivó a familiares y a algunas personas cercanas a preparase anticipadamente del peligro que les asechaba.
Aplazar proyectos. Y como era de esperarse, la intérprete también sufrió los estragos del COVID-19 a nivel laboral. Saldaña reveló que tenía en agenda rodar un filme independiente en esta época en la ciudad de New York, pero, dos semanas antes de la pandemia la directora le avisó que habría perdido el seguro de la película.
Fue justo en ese momento, según relato de la propia actriz que empezó a creer que esto era más grande de lo que estaba imaginándose.
Pero, para pesar de Saldaña el menoscabo no terminó allí. El cese de actividades también afectó una serie, para Netflix, que ella actuaría y produciría junto a sus hermanas.
“Mis hermanas y yo tenemos un proyecto con Netflix. Una serie basada en la vida real de una texana”, una mujer morena que se fue a estudiar a Italia y allá se enamoró de un siciliano , cinco años más tarde su pareja murió a causa de un cáncer.
Desde que Zoe y sus hermanas leyeron el libro quedaron enamoradas. Ya tenían contemplado el esquema de rodaje en Italia, de la serie que hasta el momento está pensada para 10 capítulos.
“Para mí y mis hermanas fue impactante porque una mujer de raza morena nunca se le ha dado su oportunidad de poder (haciendo alusión al cine). No vemos personas de color viviendo vidas y temas cotidianos, de amor, de trabajo, de éxito. Vemos a personas de color en historias de esclavitud, ser sirvientas, estar muriendo, etc. Queremos enseñar diferentes fases de mujeres”, puntualizó Saldaña.