La interpretación acomodada de lo que se lee es propio de la naturaleza humana. Está científicamente comprobado que si le damos a leer a un grupo de personas dos o tres párrafos de un tema, saldrán diferentes análisis del mismo. Unos prejuiciados por su ideología, otros por su antipatía, en fin, la pasión muchas veces marca la historia. Por eso, la objetividad es difícil de lograr debido a la manipulación e intereses en juego, sobre todo en temas históricos.
No obstante, puede hacerse un esfuerzo por la verdad histórica, ella es perfectible; más, al transcurrir el tiempo, si se aborda con cabeza fría y sin la “glotonería” analítica de los auto-proclamados víctimas y héroes, dignos de una mitología, émula de los griegos.
La cosmovisión marxista, y la de los liberales que originariamente se nutrieron del marxismo para caer después en la panoplia burguesa-capitalista, traban con ese sello determinista, su pensamiento social e histórico, haciendo de “adoradores” del padre Marx, del hijo Lenin y del espíritu revisionista de Bernstein. ¡¡Ahh!!…y qué decir de algunos intelectuales conservadores que “como corchos siempre flotan con el poder de turno”, haciendo contubernio con el utilitarismo carente de ética.
A propósito de “La Noche en que Estados Unidos retiró su apoyo a Juan Bosch” escrito por Bernardo Vega (HOY/06/2016, pag. 11A) observo las falsas conclusiones que se vienen vertiendo al respecto y que pretendo aclarar desde mi cosmovisión democrática, o de derechas, para ahorrarle el adjetivo a los que opinan como dueños de la autenticidad.
Lo primero es separar lo entrecomillado (documento desclasificado de la CIA), de los comentarios del autor de marras, en lo adelante y ocasiones BV.
Cito el primer comentario de BV: “Bosch mandó a buscar al embajador Bartlow Martin para decirle que Wessin, “quien no aparecía”, planeaba tumbarlo ese día y pidió que fuese alertado un portaviones para que allí le fuese ofrecido un agasajo al Presidente dominicano, como prueba de apoyo”. Aclaro, eso no lo dice el informe de la CIA, eso lo matiza el señor Vega.
En la continuación de su propia narración, con un tinte “fantasmagórico”, Bernardo Vega insiste en que: “Wessin, ‘no aparecía’… y hasta el final, nunca apareció, sino como por arte de magia a las 2:30 AM (madrugada)”, como veremos.
En cambio, y cito el párrafo textual del documento de la CIA dirigido a Bartlow Martin: “En base a la información de sus telegramas y a la luz de sus continuos, vigorosos y apropiados esfuerzos, a través de un largo tiempo para persuadir a Bosch a que tome las medidas necesarias para gobernar efectivamente, y a la luz de la increíblemente pobre ejecutoria de Bosch hasta la fecha, lamentablemente concluimos que poco más podemos hacer nosotros para mantenerlo en su cargo contra las fuerzas que él mismo ha generado como oposición suya. También tomamos en cuenta los esfuerzos vigorosos por parte suya y miembros de su personal para mantener “a los militares” en línea, lo cual indudablemente ha ayudado a mantenerlo en su cargo todo este tiempo,…” cierro la cita.
En un análisis justo de ese texto, sacamos dos conclusiones: 1) Bosch venía siendo presionado por fuerzas externas e internas para que tomara medidas contra la infiltración comunista y 2) los americanos no se refieren a un solo militar, en este caso a Wessin, que “nunca apareció”, según Bernardo Vega, sino que pluralizan y se refieren al alto mando militar.
Alto mando al que también se refiere Bernardo Vega quien se contradice en su previa inclinación anti- Wessin cuando dice, y lo cito: “En una reunión tarde en la noche del 24, “los militares” habían dicho a Bosch que no querían un golpe, sino que tomara acciones contra los comunistas”. Fijaos bien que aquí el señor Vega pluraliza y habla de “los militares”.
Más adelante BV dice que “Bosch culpó a Wessin”, acusación maliciosa del señor Vega, que el propio Bosch consistentemente desmintió al correr de los años y que consta en un buen número de sus declaraciones al respecto.
En su relato, BV sigue diciendo de que tanto el Gral. Atila Luna (Jefe de Estado Mayor de la FAD) como el Gral. Elby Viñas Román (Sec. de Estado de las FF.AA.) se negaron a sacar al Coronel Wessin de las FF.AA., ante una petición de Bosch. Asunto que hubiera quedado resuelto con un decreto del entonces Presidente, y que luego la propaganda marxista-leninista de entonces, elevó a un grado preeminente, pues era más táctico pelear contra un Coronel que contra todos los cuerpos castrenses con el marcado propósito de dividir las FF.AA. posteriormente, uno de los factores de la revuelta del “24 de abril de 1984”, perdón de 1965.
El señor Vega dice que “el Prof. Bosch luego de sostener una reunión con los militares, estos se reunieron en la oficina del Gral. Elby Viñas Sec. de las FF.AA. y “decidieron” dar el golpe de Estado, porque fue la mejor oferta que Bosch les hizo…”. En su torcimiento de los hechos y del documento en sí, ¿En qué quedamos, fueron los militares o fue Wessin como un llanero solitario? Amigo lector, considere lo siguiente, en esa reunión descrita por el señor Vega, el Coronel Wessin no participa porque recuerde, Wessin era “una especie de fantasma” que no aparecía.
Es a las 2:30 AM (madrugada) en San Isidro (donde siempre estuvo el Coronel Wessin) que de acuerdo al recuento de BV, el Coronel Wessin aparece “y le dijo (Wessin) al agregado militar de los EE.UU. que no derrocaría a Bosch”.
Como pueden razonar los amables lectores, cuando se quiere convertir una mentira en verdad estamos frente a un plan tipo Goebbels que agrede la inteligencia del pueblo y que pretende amoldar los hechos a prejuicios y a una mala opinión pública.
El entonces Coronel Wessin nunca negó que diera su aquiescencia y que fuera de los firmantes del acta de deposición de Juan Bosch como presidente, tampoco negó que participara en la transición que se desencadenó. Lo que si debe establecerse con claridad ante documentos y hechos reales es que tal cual el mismo Juan Bosch lo manifestó reiteradas veces, el golpe de estado de 1963 fue propiciado por los poderes fácticos de la época y ejecutado por el alto mando militar, no por un “fantasma o un llanero solitario”.
Mi madre que gracias a Dios todavía vive me ha dicho en repetidas ocasiones que la madrugada del 24 de septiembre tanto mi padre como ella fueron despertados en su cama a eso de las 4:00 AM en el barrio de San Isidro donde vivían, para ser informados de que se había materializado un golpe de estado.
Es decir, que Wessin no ejecutó ningún golpe, no fueron tropas del CEFA que participaron en el apresamiento de los altos cargos del gobierno; golpe de estado que fue incruento, en el que no se hizo un solo disparo y en el que a nadie se le violó su integridad física, incluyendo al Prof. Juan Bosch.
En contraste con otros procesos y golpes de estado acaecidos en Latinoamérica, cruentos y violentos, tanto de izquierda como de derecha.
Definitivamente, cuando la izquierda desfasada y sus amanuenses intelectuales liberales y pseudo-conservadores hablan de golpismo lo hacen con vehemencia, sobre todo si no se trata de lo que ellos denominan golpes progresistas o revolucionarios. Estos últimos al ser analizados desde la óptica de la “ciencia marxista” o el oportunismo intelectual, están “exentos del juicio condenatorio de la historia”.
Sin embargo, nosotros los de la “derecha recalcitrante y reaccionaria de la propaganda cliché”, al no ser “científicos” y sin hacer “malabares teóricos”, recurrimos a la persuasión por argumentación.
Es patético ver que algunos espantadizos de ese entonces, verdaderos simpatizantes y representantes del denominado “Imperio”, hoy se quieren pintar de progresistas, y no son más que oportunistas de los gobiernos de turno.
De ahí que, por ahora, hago anclas en Ramón de Campoamor, quien más o menos dijo: “Nada es blanco, nada es negro todo es según el color del cristal con que se mira”, a propósito de la historia, que como ciencia social es relativa.