Por Renania Reyna
Fotografías: Tony Pampillo
De sus 44 años de vida, lleva 26 involucrado en la política, y aunque no es su modus vivendi, sin duda ocupa un lugar importante, y haciendo camino al andar ha ido de la mano junto a su gran trayectoria profesional en el sector bancario, el amor por su familia y el temor a Dios.
Al llegar a su hogar, Ileana de Atallah nos recibe con la simpatía y sencillez que le caracteriza, seguida de sus dos hijos, Gabriela Michelle y Alberto Elías, y por último él, quien entre mimos y cariños junto a su familia, posan para el lente de En Sociedad, previo a lo que se tornaría un diálogo más que una entrevista.
Así comenzamos a descubrir, en un breve encuentro, más allá de las diferentes posiciones gubernamentales que ha desempeñado, las vallas y los spots publicitarios que proponen a Alberto Atallah como Diputado por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el lado humano de un hombre de carne y hueso, con sueños, preocupaciones y motivaciones por su país.
Al preguntarle de sus aspiraciones políticas, asegura que queremos ejercer nuestras funciones en el Congreso como siempre ha sido nuestra manera de actuar, totalmente y únicamente apegada a nuestra firme convicción de tomar las decisiones que vayan en beneficio del país, y lo digo de manera sincera.
Seguido, afirma que si tuviera que retroceder en el tiempo, está completamente seguro que de nuevo estaría vinculado a la política, porque la percibe más bien como una forma de relacionarse y de hacer las cosas que uno entiende que puede hacer en beneficio de su país.
De su trayectoria profesional, nos explica que siempre ha estado vinculado al sector financiero, que ha sido desde los diez años, junto a sus padres en el cambiario primero y después en el financiero, seguido de la banca formal.
Además, ha pasado por la administración publica, ocupando posiciones en el gobierno que presidió el ingeniero Hipólito Mejía Domínguez, como Superintendente General de Bancos, en los dos primeros años, y el último año y medio como Secretario Técnico de la Presidencia.
En cuanto a sus padres, Elías y Violeta, revela que ellos forjaron una familia en base a los más altos valores cristianos, con gran sensibilidad y un sentimiento de solidaridad plena, por eso Nazir, Víctor y sus demás hermanos, siempre han estado identificados con las necesidades de la gente más humilde.
Ellos han sido todo en mi vida, lógicamente junto a mi esposa y mis hijos. El ejemplo que me han dado me ha permitido desarrollarme en la vida por un camino basado en el respeto, la integridad, la honestidad, el amor hacia los demás, no hacerle daño a la gente, aún con mis errores, porque nadie es santo y uno puede decir que no los ha cometido, pero por lo menos, en lo que tiene que ver con los aspectos esenciales de la formación, me ha servido mucho en todo lo que ha sido mi vida hasta el día de hoy, manifiesta.
Aunque en la actualidad le dedica casi el 70 por ciento de su tiempo al quehacer político, confiesa que su familia es lo prioritario en todo el sentido de la palabra: Tal vez mi esposa no va a decir lo mismo en término del tiempo que le dedico, porque sé que la estoy sacrificando mucho, pero son etapas de la vida que hay que entenderlas y lo han hecho aún a regañadientes, pero en sentido general me han apoyado.
De su relación con Dios, sostiene que aunque no voy a la Iglesia a menudo, mi formación cristiana yo la expreso esencialmente en aceptar a Dios y a Jesús como nuestro salvador; además, entiendo que la enseñanza de hacer el bien, de no dañar a nadie, por lo menos de forma intencional, es primordial en mi vida.
Acerca de los cambios que ha sufrido nuestra sociedad en los últimos tiempos, asegura que siempre trato de ver las cosas del lado positivo, independientemente de que efectivamente me preocupa en gran manera la inseguridad ciudadana que estamos viviendo y la pérdida de valores, esencialmente.
Agrega que me preocupa que podamos llegar a cruzar esa línea que es tan fina y delgada que nos divide de un país viable con paz y tranquilidad social a una nación anárquica como sucede en otros lugares. Eso por un lado, y por otro la pérdida de los valores, ese es un gran problema, ya uno ve como lamentablemente lo que significaba en años anteriores el respeto a los padres, los profesores, las personas mayores y al ciudadano en término general se ha perdido.
Atallah plantea que para erradicar estos dos males, debe llevarse a cabo una gran campaña, principalmente en la educación básica, porque a veces nos olvidamos que los cimientos reales de jóvenes preparados, bien educados y guiados por buen camino deben comenzar por la formación. Para mí esos son dos aspectos esenciales: el retomar los valores y esencialmente sustentarlos en un apoyo masivo por una inversión del Estado y el sector privado.
Al preguntarle a quemarropa por una razón por la cual votar por él, responde de manera pausada y fuerte convicción: Entendemos que con los errores que hemos cometido y las fallas que hayamos podido tener, siempre hemos caminado de forma clara y de frente al sol, esencialmente teniendo por delante el tratar de hacer el bien y ayudar desde nuestra humilde óptica, pero principalmente con una connotación sincera y franca. Por eso la gente está valorando, de hecho en sí nuestra aspiración y así lo hemos percibido cada vez que compartimos con ellos.
Sin prisa ni posiciones que asumir, transcurre un diálogo ameno, que por no forzar su agitada agenda, decidimos sugerir un hasta luego, pero no sin antes pedirle que nos dijera algunas palabras para finalizar nuestro encuentro, a lo que responde con tono reflexivo: Esta carrera que hemos venido llevando en los últimos 26 años, me ha enriquecido en lo que tiene que ver con mi formación como persona, y no me arrepiento de nada de lo que ha sucedido en mi vida; aún incluyendo los errores en los que haya podido incurrir.
Hace una pausa y luego concluye: Han existido momentos muy difíciles, lo reconozco, pero de esos mismos momentos difíciles, tanto en el plano profesional como en el personal y familiar, han sido los más fuertes como el caso de pérdida de seres muy queridos, me han servido mucho para mi crecimiento como ser humano.