La detección temprana de una enfermedad puede jugar un papel crucial es nuestras vidas, pero muchas veces no podemos identificar a tiempo ciertos padecimientos, pues no presentan grandes síntomas y puede que cuando esto ocurra ya sea demasiado tarde.
Por esto es vital prestar atención a la sabiduría del cuerpo, pues cuando algo anda mal, éste tiene la grandiosa capacidad de indicar, a través de signos y síntomas que muchos no tomamos en consideración, que nuestra salud no va por buen camino.
Y es que algunos dolores, olores en el cuerpo, o la alteración del color podría indicar que algo malo sucede y, por consiguiente, motivarnos a acudir de inmediato al doctor.
De acuerdo al médico internista del Centro de Medicina Avanzada, Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), Franklin Peña, cuando el equilibrio (homeostasis) de nuestro organismo se pierde se presentan los signos (estos se ven) y síntomas (estos se sienten).
“Las manifestaciones de las enfermedades además de ser sutiles muchas veces son insidiosas, por tal razón debemos mantenernos alerta. No necesitamos ser médicos para apreciar los cambios en nuestro cuerpo. Es necesario tener presente que cualquier variación, no importa lo pequeña que sea, debe de tomarse en cuenta y más aún si esta es nueva, persistente y cambia nuestra calidad de vida”, destaca Peña.
Aclara que la mayoría de las veces los signos y síntomas no son específicos de un padecimiento, lo que quiere decir que muchas entidades patológicas pueden compartir las mismas manifestaciones.
A continuación el doctor Peña menciona los más comunes:
1. Pérdida del cabello. Aunque es una condición muy común y fisiológica, debemos de estar alerta cuando esto pasa de ser ligero, pues puede deberse a varias condiciones, como: problemas hormonales con el hipotiroidismo e hipertiroidismo, déficit de proteínas y vitaminas o estrés.
2. Cefalea. Aunque es uno de los síntomas más frecuentes y está asociado a situaciones conocidas como migraña, cansancio, deshidratación y consumo de alcohol, puede ser responsable de otras entidades como la hipertensión arterial, diabetes y tumores cerebrales.
3. Mareos. Estos pueden ser el producto de algo tan normal como la edad, pero también pueden ser causados por deshidratación, problemas en el oído interno, procesos infecciosos, problemas hormonales, diabetes, déficit de nutrientes y estrés. Hay que estar atento a esta señal.
4. Ronquidos. “La causa más común observada en mis consultas es el sobrepeso y la obesidad”. Ante esta situación, Peña recomienda que el médico otorrinolaringólogo realice una evaluación para descartar situaciones más urgentes.
5. Acantosis nigricans. Esto es una coloración negruzca o color café observada en el cuello de los pacientes que tiene problemas en el manejo de los hidratos de carbono, prediabetes y/o diabetes.
6. Sobrepeso, obesidad y obesidad abdominal. Son signos o enfermedades crónicas que afectan todo el sistema y son responsables de otros padecimientos como la hipertensión arterial y la diabetes tipo 2. Además, esta condición aumenta la incidencia de cáncer y otras enfermedades cardiovasculares.
7. Náuseas y vómitos. Si esto se vuelve persistente puede ser producto del estrés, una simple mala digestión, intoxicación por alimento, un proceso infeccioso del aparato gastrointestinal o generalizado, gastritis o incluso úlceras. Las enfermedades malignas, hipertensión arterial, diabetes mellitus descompensada o aumento de la presión intracraneal por presencia de un tumor también pueden producir estos dos síntomas.
8. Mucha sed. La sed es un mecanismo de defensa ante el déficit de agua en nuestro organismo, pero cuando esta se torna difícil de ser saciada, debemos buscar otras causas. El exceso de sed puede ser una señal de diabetes mellitus descompensada o diabetes insípida.
9. Dolor en el epigastrio o boca del estómago. Es un síntoma muy común, la mayoría de las veces producido por trastornos gastrointestinales, pero debe saber que un infarto puede manifestarse como un dolor en la boca del estómago, así que nunca subestime un dolor de inicio súbito en este lugar de su cuerpo.
10. Micción abundante. Puede ser producto de algo tan sencillo como aumento en la ingesta de agua, alcohol, bebidas dulces, edad y situaciones más delicadas como la diabetes mellitus, diabetes insípida, aumento en el consumo de sal o medicamentos.
11. Disminución de la capacidad funcional. ¿Se cansa muy rápido y antes no? Esto puede estar correlacionado con sedentarismo, sobrepeso y obesidad, déficit de nutrimentos, dietas extremas, hipotiroidismo, hipertensión arterial, enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca o el desequilibrio interno que ocasiona el cáncer.
12. Palpitaciones. Este signo puede ser el resultado de falta de sueño, estrés, hipertensión arterial, enfermedades coronarias…
13. Pérdida de peso. Uno de los signos que más debería preocuparnos en general es la pérdida de peso, a menos que la causa sea conocida (dieta, estrés, medicamentos). Bajar libras sin proponérselo es uno de los signos cardinales en enfermedades tan importantes como la diabetes mellitus, el cáncer, el hipertiroidismo o el déficit de nutrientes.
14. Cambios en los hábitos de evacuación. Aunque en algún momento de nuestra vida hemos tenido cambios en nuestro ciclo de evacuación por periodos cortos, cuando esto se torna irreversible y además observamos la presencia de sangre en las heces, debemos ir al médico para descartar trastornos hormonales, irritación por alimentos, enfermedad diverticular, pólipos o cáncer.
15. Dolores musculares. Unas de las causas más frecuentes de este síntoma es el cansancio y la falta de sueño, pero los trastornos hormonales como el hipotiroidismo, déficit de nutrientes y enfermedades crónicas deben ser evaluados.
El médico internista concluye señalando que “debemos estar atentos a todas estos signos y síntomas y hacernos exámenes cada año para valorar nuestra salud general y así adelantarlos a cualquier eventualidad”.