WASHINGTON. El acuerdo marco en materia nuclear que concretaron Irán y las potencias mundiales deja abiertas grandes interrogantes: ¿Teherán podrá hacer trampa? Posiblemente. ¿Estados Unidos y otras partes podrán reaccionar a tiempo? En teoría, sí. ¿Están dispuestos a hacer uso de la fuerza militar?
Eso está en duda. ¿Un acuerdo definitivo sosegará las preocupaciones de la comunidad internacional sobre las intenciones de Irán? Casi con seguridad, no. Sin embargo, el documento informativo sorprendentemente detallado que difundió Estados Unidos después de los avances diplomáticos del jueves en Suiza dota al presidente Barack Obama de argumentos suficientes para convencer del valor del acuerdo a los escépticos en el Congreso norteamericano y a sus aliados en Oriente Medio. Es decir, si los negociadores pueden llegar hasta ese punto en los próximos tres meses.
“Se necesita la adopción de muchos detalles clave”, dijo Obama en su discurso semanal por radio e internet, transmitido el sábado por la mañana. “Nada está acordado hasta que todo esté acordado. Y si hay reincidencia, no habrá acuerdo”, agregó.
Los parámetros para un acuerdo integral el 30 de junio todavía incluyen grandes lagunas para Washington y sus socios negociadores.