El Banco Mundial urgió a los países de América Latina y el Caribe a llevar a cabo ajustes fiscales para revertir el persistente déficit fiscal y los altos niveles de endeudamiento, sin recortar la inversión pública o las transferencias sociales, las cuales consideró que resultan vitales para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.
En su último informe semestral “Ajuste fiscal en América Latina y el Caribe: ¿Costos en el corto plazo, beneficios en el largo?”, la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para la región afirma que a pesar de las señales positivas en materia de crecimiento económico, 31 de los 32 países latinoamericanos y caribeños registraron déficit fiscal en 2017, mientras que la deuda pública de la región es de 57,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
“Los persistentes déficits y altos niveles de endeudamiento pueden poner en riesgo los logros alcanzados en las últimas décadas, como la baja inflación, la reducción de la pobreza y la desigualdad y la generación de crecimiento inclusivo”, dijo Carlos Végh, Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “A largo plazo, menores déficits fiscales y menores cargas de deuda ayudarían a consolidar estos logros y a impulsar el crecimiento”.
Ajustes fiscales en los buenos tiempos son importantes para construir espacio fiscal, señala el informe. Esto permitirá aplicar políticas contracíclicas para estar preparados la próxima vez que las condiciones sean menos favorables y proteger a los más vulnerables. Además, liberará recursos para manejar los riesgos potenciales que representan los desastres naturales como huracanes o terremotos.
Varios países, como Ecuador, Uruguay, México, Colombia, Argentina, El Salvador y Panamá han comenzado ajustes fiscales graduales. Ahora es el momento de apurar el paso de reformas fiscales y estructurales y de fortalecer o implementar reglas fiscales, según sea el caso.
Sin embargo, el informe señala que estos ajustes deben ser graduales y no centrarse en el recorte a la inversión pública o las transferencias sociales, las cuales resultan vitales para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. La inversión en infraestructura es particularmente importante. El gasto ineficiente e improductivo debe volverse el foco de las reformas.
El desafío es encontrar el punto justo de cuánto ajuste fiscal se necesita. Un aspecto crucial es reducir la deuda lo cual, junto con reformas fiscales, es necesario para que un país logre el grado de inversión y con ello grandes ahorros en el costo de la deuda externa. De esta manera se liberan recursos para apoyar la reducción de la pobreza y el crecimiento inclusivo, de acuerdo con el informe.