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Es difícil predecir el rumbo que seguirá la administración norteamericana bajo Donald Trump a partir de enero del 2017. Como la sinceridad no fue una característica de su campaña, solo podemos guiarnos por los temores e intereses que lo llevaron al poder, por las fuerzas que se le oponen y por la personalidad del presidente electo.
Invirtiendo el orden de esos factores, Trump es un sujeto narcisista y ávido de poder; pero muy inteligente, con buena formación y gran experiencia. También jugarán su papel el temor de muchos blancos evangélicos de perder su supremacía; y el desempleo entre los agricultores, trabajadores manufactureros y mineros, así como la pérdida de credibilidad de la “clase” política tradicional.
Si bien los Clinton salen totalmente derrotados; está vivo el legado de la política de Obama, que terminará con el 55% de aprobación. Esto incluye el “Obama Care”, porque hay más de 20 millones que lo disfrutan; por lo que pueden modificarlo, pero no eliminarlo. También se produjo el fortalecimiento del liderazgo afroamericano, así como alianzas y acuerdos internacionales que ahorran recursos y vidas norteamericanas; y su conexión con los sectores más educados de la sociedad norteamericana.
El ascenso de Trump representa un retroceso histórico para los Estados Unidos y el mundo por su influencia sobre la economía y la política del orbe, pero pese a su amenaza de vuelta al pasado, este empresario y experto negociador deberá dosificar ciertas acciones y olvidar otras, a partir de realidades internas e internacionales. Por eso creo hará lo siguiente:
1.-Tratará de asumir el liderazgo fundamental dentro del Partido Republicano y de someter a su voluntad a los demás líderes, o marginarlos. Particularmente reducir la influencia de los Bush, McCain y Ryan, buscando asegurar su reelección para el siguiente periodo.
2.- Tratará de apaciguar a las minorías afroamericanas, a los jóvenes intelectuales y los latinos, que afectan su futuro.
3.- Construirá parte del muro en la frontera sur y establecerá vallas para el resto, sin insistir en que México las pague. Habrá deportaciones de extranjeros indocumentados, pero solo a quienes tengan expedientes criminales (doscientos mil), y a los recién llegados. Reforzará y hará vigilar celosamente dicha frontera para evitar nuevos ingresos de indocumentados, sin pretender expulsar a los millones que están ya establecidos.
4. Aumentará el armamento norteamericano, y hará una demostración de fuerza internacional, probablemente en Latinoamérica (Cuba, Venezuela, México u otro país); pero sin arriesgarse en conflictos mayores con Rusia, China o el explosivo Medio Oriente.
5.-Buscará congraciarse con la poderosa e influyente clase media educada norteamericana, acaso financiando en parte la educación superior y la innovación tecnológica.
6.-Tratará de convertir a la elite financiera de Wall Street en su socia y aliada, si posible bajo su dirección.