Cuando el general José Arismendy Trujillo Molina (Petán) inauguró el suntuoso Nigth-Club de La Voz Dominicana, hoy Radiotelevisión Dominicana, dispuso que sus salones solamente podían ser frecuentados por personas calificadas de la alta sociedad, o invitados personales suyos.
Estas instrucciones fueron transmitidas de manera verbal y escrita al administrador del centro, Buchuno García, íntimo amigo de Ramfis Trujillo y su cofradía.
Buchuno era amigo también del pelotero Osvaldo Virgil (Orégano), el primer dominicano que jugó béisbol en las Grandes Ligas, y quien a los 24 años debutó en la pelota organizada de Estados Unidos, en septiembre de 1956. Pensando que la presencia del pelotero sería del agrado y satisfacción de Petán, el administrador del club invitó a Virgil a recorrer las instalaciones del centro y a tomarse unos que otros tragos en el restaurant. Ya sentados en la mesa principal del bar se apareció Petán y al notar la presencia de ese “desconocido” llamó a Buchuno, y de mala manera le inscrepó: –“¿Quién es ese hombre con quien está usted tomando ahí, eh, eh; dígame quién es él?” Y la respuesta fue: –“se… se… ñor, ese es Osvaldo Virgil, el famoso pelotero dominicano de Grandes Ligas y que juega este año con el Escogido, señor…”
..“Y que me importa a mi carajo que juegue con quien juegue, que sea de grande o pequeña liga, usted no es más que un fresco, charlatán.. quién le dijo a usted que aquí podían subir peloteros, por más famosos que sean.. la próxima vez que lo traigas aquí, carajo, lo voy a matar a usted, sinvergüenza; ese night club me costó mucho dinero para que usted se ponga de fresco a estar trayendo esos peloteros… retírese de ahí, ahora mismo, bandido”.
Buchuno escuchó al general todo el tiempo con la cabeza inclinada sobre el pecho, sin siquiera atreverse a pronunciar una palabra. Ante la sumisión del subalterno, Petán volvió a la carga y tronó: “Ya le dije que se retirara… no oyó carajo.. Ah, pero llévese a su pelotero de ahí inmediatamente”.
El gerente transmitió un secreto al oído de Virgil y ambos, como relámpago, abandonaron el local, tomaron el ascensor y al llegar a la calle Ciudad de Miami, (ahora Tejada Florentino) le dijo a Virgil: –“No le hagas caso, que este hombre está medio loco”-
Cuando Buchuno subió de nuevo al club todavía estaba ahí el general y cuando se marchaba, volvió a enfrentar al administrador y le recalcó: “Ya lo sabe, bandido, la próxima vez que me traiga aquí un pelotero, lo mato, buen pendejo; usted se cree que con tanto dinero que me costó esto lo voy a convertir en un play, sinvergüenza, charlatán, más parecido a un músico..eh.. eh.. dígame”.
Después de todas esas tropelías Petán marchó, dejando a Buchuno sumido en un mar de confusiones. En lo adelante al Nigth Club de La Voz Dominicana no se atrevía a subir ninguna persona sin autorización previa del general; ni músicos, ni artistas, por más famosos que fueran.
Estaba prohibido hasta cruzar por el amplio salón del bar y los participantes en los shows que se presentaban, para subir y bajar, tenían que hacerlo por una estrecha escalera de caracol que estaba detrás del escenario.
Semanas después Buchuno se encontró con Osvaldo Virgil y le refirió que una vez fue sacado del club, sin la menor consideración, un general del ejército mexicano que viajaba de turista y se presentó al centro social con ropa civil, pero con jaque tipo militar.
El oficial de la Policía dominicana que comandaba el destacamento de la empresa, consideró que el extranjero no estaba correctamente vestido para entrar al club nocturno. No valió que el general mostrara sus credenciales, ni valieron sus protestas. Insistía en decir que “en mi país las cosas no son así”. Pero en La Voz Dominicana las cosas se hacían como decía Petán.
El pelotero Osvaldo Virgil tiene 85 años de edad y trabaja como asesor del equipo Metros de Nueva York, en la academia que funciona en la comunidad de Jubey, Boca Chica, cerca de la playa, donde otros equipos mantienen sus campos deportivos, como son Rocky de Colorado, Texas, Minnesota, Yankees de Nueva York y otros.