Desde hace más de cien años, el apellido Rainieri es símbolo de hospitalidad y servicio en la República Dominicana al estar unido al turismo desde los finales del siglo XIX.
En el año 1898 Isidoro Rainieri y Bianca Franceschini de Rainieri, ambos nacidos en el Norte de Italia, vinieron a Puerto Plata, donde decidieron asentarse y criar su familia.
Acompañados de su hijo Isidorito, establecieron el Hotel Rainieri y el Hotel del Comercio, uno en Puerto Plata y otro en Santiago, criando fama por sus comodidades, atenciones y comida.
Los Rainieri Franceschini tuvieron 10 hijos más, de los cuales sobrevivieron solo nueve, dos varones y siete hembras. Don Isidoro murió en el 1912 en New York y su hijo mayor falleció en el 1918 en Puerto Plata, con 21 años, víctima de la epidemia de influenza que azotó el país a principios de siglo pasado.
Doña Bianca de Rainieri, viuda con apenas 35 años y ocho hijos a su cargo, continuó con ahínco las labores del hotel que luego recibió el nombre de Hotel Europa, el cual se mantuvo abierto al público hasta el 1946, cuando Doña Bianca falleció.
Las hijas de Doña Bianca, apodadas por la sociedad puertoplateña, las muchachas casaron casi todas, algunas con extranjeros y otras con jóvenes puertoplateños.
De esas uniones nacieron las familias Imbert-Tainieri, Ginebra-Rainieri, Harper-Rainieri, Maltes-Rainieri y Barletta-Rainieri.
De la unión del único varón que sobrevivió, Francisco Rainieri, con Doña Venecia Marranzini, nacieron Frank y Fernando, ambos destacados empresarios del turismo dominicano, herederos así de la vena hotelera de sus antepasados.
Como un homenaje póstumo a Don Isidoro y Doña Bianca, los nietos, biznietos y tataranietos se reunieron recientemente todos en Puerto Plata en interés de obsequiar al pueblo el remozamiento de una pequeña calle que ya llevaba el nombre de Doña Bianca desde el siglo pasado. El encuentro permitió que tres generaciones se unieran en armonía y alegría durante casi 48 horas. El remozamiento de manera concreta fue idea de Frank Rainieri quien, junto a su esposa e hijos, financió el proyecto. Sus primos compartieron con él y sus hermanos Luis Manuel y Fernando y sus respectivas familias la gran ocasión, junto a personalidades de la sociedad puertoplateña. El sello indeleble de los Rainieri en Puerto Plata se mantiene.