Educar hijos en la era moderna no es tarea fácil. Sin lugar a dudas, los esquemas de crianza han cambiado.
Los niños de hoy viven en constante exposición a grandes y acelerados cambios que van desde crecer en hogares donde ambos padres pasan todo el día trabajando, habitar en un ambiente de transformaciones impulsadas por el impacto de los grandes descubrimientos tecnológicos, hasta la impactante y exigente influencia que ejercen los medios de comunicación por alcanzar modelos ideales de belleza, poder, dinero, éxito y fama; y la vulnerabilidad al uso temprano del alcohol, las drogas y la actividad sexual no responsable.
Esto provoca que muchos padres se cuestionen y sientan inseguridad y angustia sobre la manera en que están educando a sus hijos.
Para el conferencista peruano Christian Rosas, experto en problemas de familia y vocero del colectivo #ConMisHijosNoTeMetas, sostener una familia siempre es un desafío, pero con amor genuino es posible construirlo, no obstante, uno de los principales problemas que hoy afectan a la familia tiene connotación ideológica.
“El ataque se ha centralizado en cuestionar su esencia, naturaleza, conformación e importancia. Toda corriente ideológica que tiene como finalidad negar la realidad objetiva y el conocimiento científico también busca subvertir a la sociedad, y su núcleo, la familia, es el primer objetivo a destruir”, explica el experto, quien estuvo en el país como expositor invitado en el Congreso Iberoamericano ‘Por la Vida y la Familia’.
Dice que la confrontación de los hijos contra sus padres, a través de la promoción del cuestionamiento a la autoridad, como el supuesto empoderamiento sexual de los infantes y la llamada autonomía progresiva del menor, han terminado imponiendo el adultocentrismo, buscando suprimir la etapa infantil, inocente e irrepetible a la que todo niño tiene derecho.
Cómo lidiar con los problemas que enfrenta la familia. Rosas señala que en primer lugar, tanto los progenitores como los hijos deben fomentar la unión familiar, ya que solo a través de la consolidación de nuestras propias familias podremos irradiar ese ejemplo al resto; y en segundo lugar, comunicando.
“Debemos de informar en todo momento sobre los riesgos y peligros que estas ideologías representan para la familia, las cuales se promueven desde el aparato estatal, y aparentan ser positivas, pero paulatinamente terminan apropiándose de nuestra libertad para imponerse irrestrictamente”, afirma.
Detalla que debemos saber contrarrestar sus estrategias que buscan manipular las emociones y sentimientos nobles que toda persona no ideologizada asume, mediante un lenguaje claro, sencillo y preciso.
Además, los padres deben enseñar a sus hijos a saber guardar diferencias entre lo correcto y lo incorrecto, la verdad y la mentira, entre lo justo e injusto, para que no sean jamás engañados ni manipulados por quienes pretenden vetar la realidad y verdad, diligentemente formada desde el calor y dedicación del hogar.
La mejor manera de hablarles de sexualidad. Rosas indica que la educación sexual de los hijos es de la entera responsabilidad de los padres, y constituye un error -y hasta un peligro- pretender que sea el Estado quien asuma tan importante función en sus vidas.
“Es por ello que los progenitores tienen el deber y la obligación moral de estar preparados en todos los aspectos para saber cómo orientar a sus hijos para que aprendan a amarse y respetarse tal como son, y hacerse respetar frente al resto, para que se evite la proliferación de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos no planificados en adolescentes”, apunta Rosas.