Los combustibles líquidos derivados del petróleo poseen propiedades únicas que nos ayudan a identificar los controles necesarios para garantizar un manejo seguro del producto, como son su densidad en estado líquido o gaseoso y el punto de inflamación.
En esta oportunidad trataremos la densidad relativa de los vapores de hidrocarburos con el aire. La densidad se define como la masa o peso con relación al volumen que ocupa una sustancia.
Los vapores o gases de los derivados líquidos del petróleo tienen una densidad mayor que la del aire, o bien sea son más pesados que el aire que nos rodea. Esto significa que los vapores de los combustibles se acumularán en las zonas más bajas y el viento ayuda a desplazarlos a nivel del suelo.
Esta propiedad es de suma importancia para la prevención de incendios. Como hemos indicado en artículos anteriores, para que un combustible pueda generar un fuego se requieren de tres elementos: el oxígeno, que se encuentra en el aire que respiramos, una fuente de calor o chispa y el vapor del combustible líquido. Esta combinación, en una mezcla proporcionada, genera una reacción química que conocemos como fuego.
El combustible en estado líquido no es capaz de generar un fuego por sí solo, debe primero pasar a estado gaseoso y lo logra al alcanzar su punto de inflamación, o bien sea que sus vapores son los que se encienden.
Se debe evitar almacenar combustibles líquidos en techos. En zonas elevadas se corre el riesgo de que los vapores lleguen a zonas no deseadas a través de drenajes o aberturas en techos o plataformas y en caso de derrame la situación empeora. Recordemos que estos vapores son incoloros y no pueden verse, al acumularse en zonas bajas tampoco podemos olerlos y pueden encontrar una chispa que provoque el fuego.
Los vapores se comportan como si fuesen un líquido, si vierte un galón de gasolina líquida caerá al suelo e irá hacia los puntos más bajos; los vapores hacen lo mismo, con la diferencia de que no puede verlos, lo cual los hace peligrosos. Por ejemplo, cuando usted va a echar combustible a una estación de servicios los vapores son desplazados del tanque.
Estos vapores desplazados viajarán en diferentes direcciones desde la boca de su tanque al suelo; al ser más pesados que el aire, se acumularán en una concentración inflamable a un altura de alrededor de 50 centímetros del suelo y esta concentración puede extenderse hasta seis metros desde la boca de llenado. Por esta razón se prohíbe fumar, utilizar equipos electrónicos como celulares y se requiere que apague el motor de su vehículo mientras rellena su tanque. Por su seguridad y la de los demás, obedezca esta regla básica de seguridad que se debe seguir en las estaciones de servicio.