Naturales suspicacias.- Hasta donde recuerde ninguna autoridad del PRD dijo nunca, a pesar de todo lo que se habló, discutió y debatió sobre lo ocurrido en el año 2013, cuando la Casa Nacional fue “asaltada por políticos desaprensivos” que penetraron violentamente en momentos en que se celebraba una reunión del Comité Ejecutivo, que allí se habían perdido o destruido documentos, mucho menos que se tratara de papeles tan valiosos como los soportes que permitirían justificar la forma en que esa organización gastó los recursos públicos que recibió de la JCE entre los años 2009 y 2012. ¿Cómo es posible que la pérdida o destrucción de unos documentos tan importantes se mantuviera en secreto? ¿Por qué no se denunció a las autoridades correspondientes, aunque solo fuera –como decimos los dominicanos– para “ponerse alante”? ¿Por qué no estaban mejor resguardados de esas eventualidades? Aunque nadie con dos dedos de frente y un mínimo de sentido común está obligado a creerle, esa fue la explicación que ofreció el presidente del PRD, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, a los auditores de la Cámara de Cuentas que le reclamaron los soportes que justifiquen en qué gastó, durante el periodo citado, poco mas de RD$1,200 millones. Ahora dirá el ingeniero Vargas Maldonado, probablemente ofendido como consecuencia de las naturales suspicacias que ha provocado su explicación, que es mas serio que todo el mundo, que lo que tiene lo consiguió trabajando como un burro, que es mas rico que Chanflán, y que no necesita hacer mal uso de esos recursos. Y como, al final, sea lo que sea que haya pasado con esos RD$1,200 millones no habrá ningún tipo de consecuencia, puede asegurarse que al cabo de unos cuantos días ya nadie se acordará de un episodio que retrata tan bien las mañoserías de nuestros políticos y, sobre todo, el insultante desparpajo conque disponen de nuestro dinero.