RIO DE JANEIRO. AP.
A los 31 años, a Michael Phelps le queda resto para seguir agrandando su leyenda.
El estadounidense, quien ha cosechado más medallas que cualquier otro deportista en la historia de los Juegos Olímpicos, escribió otra página dorada el domingo, al ayudar a que su país ganase el relevo de 4×100 estilo libre.
Fue su 19na presea dorada y 23ra en total, cifras a las que nadie se aproxima siquiera. Sus escoltas en la tabla de medallas de oro –la soviética Larisa Latynina, el finlandés Paavo Nurmi y los estadounidenses Mark Spitz y Carl Lewis– suman apenas nueve cada uno.
Phelps es el único nadador que conquista al menos una medalla de oro en cuatro ediciones de los juegos olímpicos y podría seguir añadiendo preseas, ya que competirá en tres pruebas individuales (200 combinado y 100 y 200 mariposa) y posiblemente en otros dos relevos.
En una prueba que no es su especialidad –nunca la había corrido en una justa olímpica–, Phelps puso a Estados Unidos arriba al cubrir el segundo tramo y su equipo ya no cedió la punta. Su tiempo de 47.1 segundos fue el más rápido con excepción del obtenido por quienes nadaron el último relevo de los tres equipos que subieron al podio.
«Fueron los 100 metros más rápidos que corrí en mi vida», dijo un jubiloso Phelps. El cuarteto compuesto para los Juegos.