No entiendo cómo solamente un segmento del sistema cooperativo debe ser supervisado por las autoridades monetarias, la iniciativa del Banco Central debe cubrir todo el sector, ya que el espíritu es otorgar medidas prudenciales para que las cooperativas de ahorro y crédito operen en condiciones más seguras.
La decisión de las autoridades el Banco Central de sólo supervisar las 30 mayores cooperativas del país no es la mejor opción, ya que no puede establecer un privilegio en la adopción de medidas tendentes a transparentar las operaciones del sistema.
El nuevo mecanismo procura proteger los depósitos de los socios-ahorristas y evitar que las entidades sean utilizadas en actividades ilícitas como estafas o lavado de activos. Eso significa que deberán operar bajo las mismas normas de las instituciones bancarias.
Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop) debe continuar operando como un organismo de orientación y formación del personal del sistema, pero bajo el nuevo modelo que permitirá fortalecer esas entidades, contribuir al bienestar de los ahorristas, al desarrollo del país y a garantizar los recursos financieros que manejan.
Es necesario, además, que las cooperativas se desarrollen con solidez en un ambiente sano y sigan realizando labores de inclusión social en las zonas más alejadas del país donde no hay otras alternativas financieras, y aunque existan que los socios-ahorristas tengan garantías de que sus recursos estén asegurados.
Todas las cooperativas deben regirse bajo el mismo modelo sin exclusión. Un aspecto esencial es la adopción de la regulación técnica, que implica principios cooperativos, tales como reglamento sancionador y requerimientos para el registro. A ello debe sumarse un marco legal de seguro de depósitos. Dentro del nuevo esquema debe tomarse en cuenta el otorgamiento de un plazo prudente, que puede ser tres o cuatro años, para que las entidades se adecúen de forma ordenada a las nuevas medidas.