Confieso que disfruté esta primera temporada de la NBA del dominicano Karl Towns.
Tanto así, que le transferí parte del cariño que le tenía al otro NBA de RD Al Horford.
Celebré cuando lo eligieron número 1 en el draft, y al llegar la noticia del premio de Novato del Año, mi alegría se duplicó.
Pero, llegó un “problemita”.
Odalís Santiago lo entrevistó para su espacio “La Voz del Fanático” y el propio jugador le pidió hablar en inglés.
¿La razón?
No habla bien español, se le está olvidando y le da vergüenza no hacerlo bien. Y yo me pregunto, su madre Jacqueline Cruz, dominicana de “pura cepa” ¿no le pide que hable español?
Porque si no habla español, menos se interesará por la cultura de su país, de su himno, de su comida y de su gente.
Es cierto que se crio en Estados Unidos, que su padre es de allá, pero si su madre es dominicana, debe haber una cuota de dominicanidad.
Esa es una mala costumbre de muchos dominicanos que se desarrollan en Estados Unidos.
No, usted no puede enterrar sus raíces, cómo es eso que hay jugadores y managers de Grandes Ligas que tratan de aprender español, y entonces Towns no lo hace. ¡Eso no me gustó! Es una observación constructiva, le deseo mucho éxito y lo voy a seguir aplaudiendo, pero que no se quite así de su país.
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