Germán Miranda Villalona, Procurador Antilavado de Activos, es un funcionario sin pelos en la lengua, una condición excepcional en estos tiempos de eufemismos, mascaradas y dobleces, por lo que no desperdicia oportunidad de decir lo que piensa cuando lo cree necesario. ¿Y qué mejor oportunidad que el polémico “no ha lugar” que favoreció al senador Félix Bautista y compartes, acusados de corrupción y lavado de activos? Miranda Villalona se mostró particularmente pesimista ante el anuncio del Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, de que apelará la decisión, pues a su juicio ni los tribunales del país ni la propia Suprema Corte de Justicia están preparados “para juzgar a gente de esa naturaleza”. ¿Comprenden ahora porqué les digo que no tiene pelos en la lengua? Pero todavía hay mas. Según el Procurador Antilavado de Activos, con la decisión del juez Alejandro Moscoso Segarra se ha introducido una nueva figura jurídica, de exclusiva –por supuesto– factura criolla: la impunidad legal o impunidad judicial. Es probable que en estos momentos mucha gente comparta el pesimismo del funcionario, y hay que reconocer que sobran razones para no albergar muchas esperanzas en esa apelación. Pero el Ministerio Público está en la obligación –insisto– de agotar todos los recursos que el sistema de administración de justicia pone a su disposición, aunque solo sea para finalmente demostrar que Miranda Villalona tiene razón cuando afirma que todos nuestros delincuentes de cuello blanco, lavadores, narcotraficantes y funcionarios corruptos tendrán que ser juzgados cortes de los Estados Unidos para que puedan recibir las condenas que merecen.